Cuáles son los efectos del alcohol en el cerebro a corto y largo plazo
Consecuencias para el cerebro de beber alcohol de forma habitual
Cualquiera que haya bebido más de dos copas sabe que el alcohol afecta a la habilidad para coordinar, a la capacidad de razonar, al habla, a la visión… Son efectos que dejan de manifestarse cuando se pasa el efecto de la bebida. Sin embargo, las personas que han bebido mucho durante mucho tiempo pueden tener graves problemas de salud. Estos son los efectos del alcohol en el cerebro a corto y largo plazo.
Factores que influyen en los efectos del alcohol
No hay dos personas iguales, por lo tanto, el alcohol no afecta a las personas por igual. De esta manera, algunas sufren daños cerebrales que afectan a sus rutinas diarias, mientras que en otras no se aprecia daño cerebral alguno.
Tampoco es lo mismo beber una copa de vino durante una comida, que tomarse un litro de cerveza diario día tras día. Sea como fuere, hay varios factores que influyen en cómo afecta el alcohol al cerebro, el nivel de daño depende de circunstancias como:
- La edad en la que se comenzó a beber y los años que lo ha estado haciendo.
- El género ya que no afecta el alcohol por igual a hombres y mujeres.
- Los antecedentes familiares de alcoholismo.
- El estado de salud general.
Efectos a corto plazo del alcohol en el cerebro
- El alcohol frena el neurotransmisor GABA y esto provoca el habla confusa, el movimiento lento o la falta de reacción cuando alguien se encuentra en estado de intoxicación.
- Por otro lado, el alcohol acelera un neurotransmisor llamado glutamato, que regula la dopamina en el cerebro, es por ello que, al beber se puede tener una sensación de placer y bienestar.
- El alcohol baja el nivel de inhibición de una persona y nubla el juicio, por ello, una persona bebida es capaz de hacer cosas que no imaginaría sobrio, por ejemplo, lanzarse desde una terraza a una piscina.
- El alcohol afecta al cerebelo, que regula el equilibrio, por ello, es frecuente tambalearse al caminar, tener visión borrosa o sentir mareo.
- Es frecuente que, tras una borrachera, no se recuerde bien lo que pasó, en algunos casos, la persona puede llegar a tener un lapsus de memoria, no recuerda absolutamente nada a partir de un determinado momento. Estos espacios en blanco en la memoria están asociados a intoxicaciones agudas y son frecuentes en bebedores sociales. Suele suceder por beber demasiada bebida en muy poco tiempo, por lo que el nivel de alcohol en sangre aumenta de forma muy veloz.
Efectos a largo plazo del alcohol en el cerebro
Pérdidas de memoria
El consumo excesivo de alcohol también puede acelerar la pérdida de memoria de forma temprana, al menos en los hombres. Según un estudio publicado en la revista Neurology en 2014, los hombres experimentaron signos de deterioro cognitivo hasta seis años antes que aquellos que no bebieron, dejaron de beber o eran bebedores ligeros o moderados. (Los resultados para las mujeres no fueron concluyentes).
Cambios de comportamiento
Los cambios que produce el alcohol en el cerebro hace que las personas cambien su comportamiento en relación con el alcohol. Puede que inicialmente beban para sobrellevar emociones negativas que les afectan, beben para sentirse bien, pero a medida que se vuelven bebedores crónicos, beben para evitar sentirse mal. Los bebedores habituales además, pueden sufrir cambios de humor, irritabilidad, episodios de ira o depresión.
Problemas de aprendizaje
Algunos estudios afirman que el consumo excesivo de alcohol puede causar problemas de aprendizaje ya que el cerebro se ve afectado en la capacidad en la que procesa e incorpora la información. Las personas que abusan del alcohol suelen tener problemas para concentrarse a la hora de leer o realizar una tarea que necesite atención sostenida.
Síndrome de Wernicke-Korsakoff
Es una enfermedad que consiste en el padecimiento de dos trastornos separados: una afección de corta duración pero grave llamada encefalopatía de Wernicke y una afección de larga duración que suele ser debilitante conocida como psicosis de Korsakoff.
Las personas afectadas por este síndrome padecen confusión mental, parálisis de los nervios de los ojos, problemas de coordinación muscular, dificultad para caminar.
Encefalopatía hepática
Uno de los órganos más afectados por el consumo abusivo del alcohol es el hígado, que puede derivar en una cirrosis hepática. Es una enfermedad crónica y no reversible que puede tener varios efectos secundarios, uno de ellos, que no mucha gente conoce es un trastorno grave que afecta al cerebro y que puede llegar a ser mortal, es la encefalopatía hepática. Se produce porque el hígado, deteriorado, no puede eliminar toxinas, éstas se acumulan en la sangre y llegan al cerebro.
La encefalopatía causa dificultad para dormir, cambios en el estado de ánimo, ansiedad, depresión, dificultad para concentrarse, problemas de concentración y, en los casos más graves, puede derivar en un coma hepático.
Síndrome de alcoholismo fetal
Si el consumo abusivo de alcohol se realiza durante el embarazo, el bebé en desarrollo puede sufrir graves daños, uno de ellos es conocido como Síndrome del alcoholismo fetal. Estos bebés además de nacer más pequeños pueden sufrir microencefalia (su cerebro tiene menos volumen) y pueden tener un deficiente desarrollo neuronal y nacer con menos hormonas, lo que, en el futuro llevará al bebé a tener problemas de aprendizaje y comportamiento.