Alergia en invierno: ¿qué la desencadena?
Por qué sufro los síntomas de la alergia en invierno
Es posible que pienses que las alergias suelen darse en primavera a consecuencia de la polinización de muchas plantas. Sin embargo, aunque es más frecuente ver a personas sufrir los rigores de los alérgenos entre marzo y principios de junio, los meses de invierno no libran a muchos alérgicos de padecer rinitis, lagrimeo, estornudos, conjuntivitis, tos, asma y otros síntomas relacionados con la alergia.
Te explicamos qué puede desencadenar la alergia en invierno y cuáles son los principales alérgenos que provocan estos síntomas entre diciembre y febrero.
Ver también: cuáles son los alérgenos de interior más comunes
- Alergia en invierno: ¿por qué tengo síntomas si no es primavera?
- Alergia en invierno debido a la caspa de las mascotas
- La exposición al moho y hongos puede provocar alergia en invierno
- Alergia a los ácaros del polvo en invierno
- La contaminación ambiental y la alergia
- Cómo tratar las alergias invernales
Alergia en invierno: ¿por qué tengo síntomas si no es primavera?
Se habla mucho de las alergias de la primavera, pero no tanto de las de otoño e invierno. Aun así, cuando la temperatura disminuye y aun cuando muchas plantas no están polinizando, es posible sentir los rigores de la alergia.
De hecho, muchas personas pueden llegar a confundir un catarro con alergia, ya que muchos síntomas son comunes: congestión nasal, conjuntivitis, estornudos o tos. Además pueden presentar otros síntomas como picor de ojos, de cuerpo, fatiga, dolor de cabeza, dificultad para respirar, asma o sibilancia. Sin embargo, los analgésicos no te servirán si lo que tienes es una reacción alérgica y no un resfriado común o una gripe.
Durante los meses de invierno, pasamos mucho más tiempo en interiores, lo que nos expone a otro tipo de alérgenos como los ácaros del polvo, el moho o la caspa de las mascotas. Además, hay algunos tipos de plantas como las arizónicas que además de estar presente en abundantes cantidades en nuestras casas, parques y jardines, polinizan durante la temporada de invierno provocando los rigores de la alergia a las personas sensibles a este alérgeno. Veamos además de estos, qué otros desencadenantes pueden llevarte a sufrir alergia en invierno
Ver más: alergia a las arizónicas en invierno
Alergia en invierno debido a la caspa de las mascotas
La exposición al pelo de algunos animales como perros, gatos o caballos, puede provocar una reacción alérgica en algunas personas. Esta alergia puede agudizarse en invierno ya que pasamos más tiempo en el interior del hogar y estamos más expuestos a la caspa (piel muerta), la saliva y la orina de algunas mascotas, que son los principales factores desencadenantes de la reacción del sistema inmunológico.
La exposición al moho y hongos puede provocar alergia en invierno
El moho y los hongos son dos alérgenos que pueden provocar una reacción tanto en personas alérgicas como en las que nunca han padecido alergia estacional. Y es que, esas manchas negras que pueden crecer en las esquinas de alguna pared, dentro del armario, en las cortinas de la ducha o junto a alguna humedad puede irritar la piel, los ojos, la nariz y los pulmones.
Cuando están presentes en pequeñas cantidades suelen ser inofensivos, pero cuando se aposentan en un lugar cerrado y comienzan a proliferar, terminamos respirando las esporas de forma constante. Y esto, puede acarrear problemas de salud a quien lo inhala, sobre todo, si sufre de alergias o asma.
Además, estos hongos que crecen alrededor de zonas húmedas pueden producir una inflamación en la nariz conocida como rinitis alérgica, que también se da con la fiebre del heno.
Ver también: qué problema de salud causa el moho
Alergia a los ácaros del polvo en invierno
Los ácaros son pequeños microorganismos con los que convivimos a diario. No los ves, pero están en tu colchón, en tu almohada, en el sillón o en los cojines en los que apoyas la cabeza. Se alimentan de las escamas de piel humana que desprendemos, para que te hagas una idea, cada persona perdemos un gramo de piel al día, por lo que el hogar es un auténtico festín para estos pequeños arácnidos. Estos microscópicos habitantes de tu casa, tienen un tercio del tamaño de un milímetro, por lo tanto, sin invisibles a simple vista.
Algunas personas son alérgicas a estos ácaros del polvo, y es que, sus cadáveres o excrementos, se mezclan con el polvo y conviven en el aire y en nuestros enseres. Cuando una persona respira este aire "contaminado" puede mostrar síntomas como estornudos, lagrimeo, picor de ojos, rinitis alérgica, escozor en la piel, goteo nasal, etc.
Ver también: cómo acabar con los ácaros del polvo
La contaminación ambiental y la alergia
Los coches y la generación de energía de las fábricas son las principales fuentes de contaminación del aire que respiramos. Esta contaminación puede provocar diversos problemas de salud en las personas, entre ellos, el inicio de una crisis asmática. Varios estudios han confirmado este punto, además de haber descubierto que, también está apareciendo asma en personas no alérgicas o que nunca habían sufrido una crisis respiratoria.
Los contaminantes gaseosos como el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre, así como la contaminación derivada del tráfico ha provocado una hipersensibilidad de las vías respiratorias en niños y adultos, especialmente en aquellos con sensibilización alérgica. Según los expertos, la exposición a largo plazo se asocia con un asma mal controlado y una disminución pulmonar en niños y adultos.
Ver también: cómo afecta la contaminación a tu salud
Cómo tratar las alergias invernales
En las alergias invernales, el mejor tratamiento pasa por prevenir la exposición a esos alérgenos causantes de los síntomas, de la misma manera, que se hace con las alergias de la primavera. Si bien es cierto que muchos de estos alérgenos son casi imposibles de eliminar, sí podemos reducir sensiblemente el contacto con ellos:
- Usa protectores para los ácaros del polvo para cubrir el colchón, almohadas y cojines. Estos protectores especiales tienen unos poros muy pequeños que evitan que los ácaros penetren en el colchón y así te protege mientras duermes.
- Lava la sábanas una vez a la semana y realiza una limpieza frecuente del polvo de tu hogar.
Ver también: cada cuánto lavar las sábanas según la ciencia
- Si tienes mascotas, aspira la casa con frecuencia para eliminar la caspa del pelo de los animales.
- En caso de que en tu casa se acumule humedad y sea caldo de cultivo para el moho, cambia con frecuencia los filtros de aire. Deja las cortinas abiertas para que entre el sol, el sol y el moho no se llevan nada bien y es capaz de acabar con estos hongos y ventila todos los días tu casa para reducir la condensación y la humedad. Y, si por más que ventilas, sigue habiendo humedad, coloca deshumidificadores para absorber todo ese excedente.
- Si tienes alergia a las arizónicas, mantén las ventanas de tu casa cerradas durante el día, para ventilar tu casa solo necesitan 5 minutos. No permanezcas mucho tiempo en la calle los días de mayor concentración de polen y, si has de salir, hazlo con unas gafas de sol y una mascarilla.
Ver también: qué tipo de mascarillas antivirus son recomendables