Cómo combatir la pereza trabajando desde casa
Tips para evitar procrastinar trabajando en remoto
Aunque he trabajado en oficina toda mi vida, los últimos tres años los he pasado trabajando desde casa. Pensé que me costaría adaptarme y no distraerme durante la jornada laboral, bien sea escuchando la radio, poniendo de fondo la televisión, hablando con un amigo por teléfono o haciendo alguna tarea casera. La realidad es que, no solo no me distraigo, sino que he conseguido trabajar de forma mucho más productiva desde mi propio hogar. Trabajo más y mejor que en un entorno laboral compartido. ¿Quieres saber cómo lo he logrado? Quizás te vengan bien estos tips para combatir la pereza trabajando desde casa.
Trabajar en fuera de casa vs trabajar desde casa
Hay quien prefiere trabajar fuera de casa y para quien la mejor opción es hacerlo desde el hogar. Si estás en la primera opción y te ves en la necesidad de llevar a cabo tus tareas laborales desde tu salón, tu despacho o el escritorio de tus hijos, puede que te dejes llevar por la procrastinación o la pereza en determinadas ocasiones. Incluso puede pasarte cuando has escogido esta opción como forma de ganarte la vida.
Ver también: Qué es la procrastinación
Y es que, cuando el jefe no está mirando por encima de tu hombro o tu supervisor no te está apremiando en vivo y en directo con esos informes, es fácil distraerse. De hecho, es incluso bien fácil que, durante una videoconferencia desde tu casa, desconectes mentalmente cuando no se hace referencia a tu cometido en concreto.
Sin embargo, esto siempre tiene un coste. Las distracciones, retrasos en el trabajo o errores siempre saldrán a la luz y, quizás, incluso tu puesto de trabajo puede verse comprometido.
Si te distraes con el vuelo de una mosca, se te pasan las horas y no logras ponerte a tope con el trabajo, y crees que estás procrastinando en exceso, quizás te vengan bien estos consejos para combatir la pereza cuando trabajas desde casa. Ten en cuenta que, la capacidad que tienes para revitalizarte en casa es incluso mejor que en la oficina, puedes realizar ciertos trucos y rutinas sin miedo a que los demás piensen que eres un bicho raro. Estas son formas diferentes de deshacerse de la apatía y volver a concentrarse en el trabajo.
Practica algo de ejercicio
Antes de comenzar a trabajar, intento siempre correr un poco. Espera, antes de pensar que eso no es para ti, sigue leyendo. Tampoco yo soy runner, simplemente madrugo, intento desentumecer el cuerpo y la mente, me oxigeno y me preparo para la jornada. Si no te gusta correr, puedes salir a andar rápido, hacer saltos de tijera, saltar a la comba...
Si, después del ejercicio, te das una ducha y te sientas a trabajar, te sentirás mucho mejor. Habrás liberado endorfinas y tendrás una sensación de bienestar que, te ayudará a afrontar esa larga jornada laboral o ese informe que llevas postergando tanto tiempo.
También puedes realizar ejercicio en medio de la jornada laboral. Una de las mejores formas de combatir tu distracción o tu falta de concentración es hacer que tu cuerpo se mueva y tu ritmo cardíaco se acelere. No se trata de dejarte el alma haciendo deporte, deja los burpees para otro momento. Se trata de activarte. Unos cuantos saltos de tijera o saltos de comba son perfectos. Mueves todo tu cuerpo e incluso es divertido. Saltar unas 20 o 30 veces será suficiente para hacerte volver a la realidad, pero no lo suficiente como para hacerte sudar, algo que probablemente no te apetezca. Solo has de intentarlo, realmente funciona.
Levántate de la silla
Si llevas un buen rato procrastinando y estás sentado en tu escritorio sin rematar nada, es necesario resetear. Levántate, da una vuelta por la casa, ve a la cocina a beber un vaso de agua, haz esa llamada telefónica mientras caminas, baja el cartón al contenedor de reciclado... La idea que te propongo es que te levantes de la silla, es una excelente forma de sentirse renovado. Tu cuerpo se mueve, tu sangre fluye y tu mente se desentumece. Si además tienes terraza o puedes salir cinco minutos a la calle a respirar aire y recibir la luz del sol, es más que suficiente como para recuperarse del letargo. De hecho, las cualidades restauradoras del aire están bien documentadas, así como la costumbre de levantarse de vez en cuando de la silla para dar un paseo.
Prepárate una bebida
A veces, el impulso de la cafeína y el tiempo para prepararte un café, un té, una infusión o incluso un zumo, son suficientes como para salir de ese estado de inactividad mental y pereza laboral. Puedes incluso ritualizar este momento. A mitad de la mañana, para cinco minutos para prepararte una bebida y darle al paladar algo sabroso de lo que disfrutar. Este pequeño "brake", puede constituir un respiro y un empuje para devolverte a la realidad del trabajo. Es muy común que suceda que, después de un buen rato sentado frente al ordenador, te sientes incapaz de encontrar esa idea que parece no brotar, o las palabras para un informe. Sin embargo, tras levantarte para ir al baño o a por un poco de agua... ¡zas! Ahí aparece esa idea que tanto necesitabas.
Ver también: Alternativas a la cafeína que aportan energía
Practica la procrastinación productiva
Procrastinar no es otra cosa que posponer eternamente tareas. Sin embargo, este retrasar constantemente tareas tiene una consecuencia clara, la acumulación de las mismas que provoca estrés, ansiedad, frustración, insatisfacción, sentimiento de inferioridad, pérdida de confianza.
Sin embargo, en los momentos en que la fuerza de voluntad comienza a flaquear, puede ser difícil motivarse para abordar ciertas tareas, especialmente aquellas que son difíciles o tediosas.
¿Qué puedes hacer? En lugar de luchar contra este deseo de posponer las cosas y fingir que todavía estás trabajando, mientras que en realidad solo miras de reojo la pantalla porque te llama la atención lo que está haciendo el vecino de enfrente o se te ocurren mil cosas que mirar: tu perfil en Instagram, tu cuenta de Twitter, el último vídeo de Youtube o tus WhatsApps, concédete unos minutos para procrastinar sin sentirte mal... eso sí, unos minutos.
Convierte esa procrastinación en algo productivo y haz una pausa. Pon un temporizador para vaguear durante 10 o 15 minutos. En ese tiempo pon una lavadora, dobla la ropa, ordena tu escritorio, llama a un amigo... Deja de pensar en el trabajo durante unos minutos, procrastina y, cuando suene la alarma del cronómetro, abandona esa tarea para abordar de nuevo tu trabajo.
Evita las redes sociales en tu jornada laboral
Si te está costando concentrarte en el trabajo, la más mínima incursión en las redes sociales hará muy difícil que recuperes la atención hacia tus tareas. Eso de... "solo un par de vídeos de TiKTok y ya", no te lo crees ni tú. Cuando te quieres dar cuenta llevas veinte minutos prometiéndote a ti mismo que es el último que miras. Pasa lo mismo con Instagram, Twitter, Twitch, Facebook, Youtube... Las redes sociales y, en general, muchos de los recursos que consumimos en Internet tienen un poder muy atrayente y absorbente que dificultan la concentración en el trabajo. De hecho, son elementos que provocan una alta desconcentración. ¿Acaso no te ha costado leer una página de un libro si tenías el teléfono al lado avisando con nuevos mensajes?
Organiza tu trabajo
Elabora un organigrama o un planning semanal. Bien sea en una pizarra, en papel, en excel, en una aplicación, o en post-its apunta las tareas que has de cumplir y, tenlo muy a mano. Una vez realizada una de ellas, táchala, subraya en fosforito o ponle un check. Si tienes tu lista a la vista, todavía te quedan muchas cosas por hacer y, tienes un mínimo sentido de la responsabilidad, tú mismo te recordarás que estás demasiado perezoso y debes cambiar el chip. Haz los saltos de tijera, lávate la cara, bebe agua y, a por ello.