Cómo lidiar con un compañero de trabajo muy hablador
Qué hacer si tu compañero no te deja trabajar con tanta charla
Pasamos muchas horas en el trabajo, las suficientes como para conocer mejor a algunos compañeros de trabajo que a algunos familiares. Y es que, entre tarea y tarea, en la hora del café o durante la comida, hay tiempo para compartir confidencias y experiencias, en definitiva, un rato de charla.
Sin embargo, hay compañeros de trabajo muy habladores que interrumpen constantemente a los demás, a horas y a deshoras. En ocasiones con temas importantes y, la mayoría de las veces con temas banales. Tanto hablan que llegan a obstaculizar la productividad o eficiencia de los demás que, se ve mermada con tanta distracción. ¿Qué hacer cuando trabajas con personas que hablan demasiado?, ¿cómo pararles los pies sin ser descortés o antipático?
Qué hacer si tienes un compañero de trabajo muy hablador
En general, la mayor parte de trabajos necesitan de nuestra concentración para poder rendir adecuadamente, terminar la tarea encomendada y además hacerlo de forma correcta. Es por ello que, las distracciones e interrupciones pueden suponer un obstáculo para conseguir ese fin.
Esto es lo que les ocurre a quienes tienen un compañero de trabajo muy hablador que, no se resiste a contar sus batallitas, por lo que, al final la productividad puede verse resentida e incluso puede que tengas que hacer horas extra para terminarla.
Y es que, hay quienes aprovechan el entorno laboral para contar sus problemas y frustraciones o, simplemente, son personas tan habladoras que, ni en el trabajo logran callar. Son esos compañeros de trabajo que reclaman tu atención constantemente para contarte la última historia de su primo, la pelea con su pareja, sus problemas médicos, las travesuras de sus hijos y un largo etcétera de historias.
Su charla no tiene fin y, puede suceder además que, casi sin darte cuenta, te veas arrastrado a ese parloteo, retrasando tu trabajo y, en alguna ocasión, recibiendo además la reprimenda de tus superiores.
Si estás en este caso te estarás preguntando qué puedes hacer con este tipo de compañero de trabajo tan hablador. A continuación le mostramos algunas opciones:
Pequeñas charlas sí, largas charlas no
Es beneficioso para ti y para el trabajo que haya un buen ambiente laboral por lo que, no está de más, parar cinco minutos para hablar de cualquier tema. No es necesario que ignores por completo a los compañeros habladores, forman parte del entorno en el que te desenvuelves y, tener una buena relación será beneficioso.
Si te muestras demasiado gruñón u hosco con tus compañeros, al final, no te hablará nadie excepto para tratar temas estrictamente laborales. Por lo tanto, no temas en compartir una pequeña charla con tus colegas para refrescar tu mente. Eso sí, una pequeña charla no son cuarenta y cinco minutos de historias sin fin.
Si crees que la conversación se alarga demasiado, comenta de forma amable y sin ser borde, que tienes que retomar la tarea para no retrasarte y ponte con ella.
Utiliza auriculares para aislarte de la charla exterior
Si necesitas concentrarte para escribir un informe, mandar un email en inglés o preparar una propuesta comercial y tus compañeros no dejan de hablar, no tengas reparo en ponerte los cascos para aislarte. Puedes incluso avisar en voz alta, así ya sabrán que, cuando te pones los cascos y tienes una mirada centrada en un informe, no han de molestarte, si no es por un tema de trabajo importante.
Cuando termines ese trabajo que requería de tu absoluta atención, apaga la música y muéstrate más accesible a los demás. De nuevo, recuerda que las pequeñas charlas y la sociabilidad con los compañeros, son una importante parte del trabajo, sobre todo, si trabajas en equipo.
Explica con amabilidad que no puedes hablar
Si el truco de los cascos no te funciona, no te queda más remedio que recordar a ese compañero que tienes apostado junto a tu mesa contándote todas las cosas que sabe hacer su mascota que necesitas trabajar. “Me gustaría seguir hablando pero tengo que terminar esto, luego hablamos”, “tengo una videoconferencia que preparar”, “voy fatal de tiempo, te dejo que hoy no puedo charlar”, “cuéntamelo en la hora de la comida porque tengo varios temas pendientes”.
Puedes usar desde mentiras blancas a problemas reales a los que te enfrentas. Intenta no ser antipático porque puede que tu compañero de trabajo solo sea una persona habladora o esté intentando construir una conexión contigo, pero sí has de ser claro y firme en tu propósito de dejar la charla.
Organiza una reunión para solucionar dudas
Si tu compañero de trabajo te reclama constantemente para preguntarte dudas o tu ayuda para solucionar cosas, quizás sea más pragmático organizar una reunión de una o dos horas y explicarle todo aquello con lo que se siente “atascado”.
Y, si después de haber solucionado esos asuntos, sigue preguntándote las mismas dudas, quizás sea hora de que dejes que él o ella misma intente solucionarlas. “¿Recuerdas que te lo expliqué? Intenta hacerlo tu mismo, de lo contrario no aprenderás a hacerlo. Si, cuando termine este informe, no lo has conseguido, te ayudo”. Verás como si, en lugar de solucionar los problemas de tus compañeros, que quizás solo demanden tu atención, les instas a que intenten dar con la solución ellos mismos, terminan haciéndolo. Hay quien se hace cómodo porque siempre estás ahí para solucionarle el dilema.
Ten una charla privada con ese compañero tan hablador
Si la charla de tu compañero de departamento se está convirtiendo en algo crónico, nada parece funcionar para que se calle y crees que estás poniendo en peligro tu puesto de trabajo, es hora de tener una conversación más directa.
Lo correcto es hablar con ese compañero a solas, sin dejarle en evidencia delante de los demás, y exponerle el tema de forma más contundente. Es quizás, una charla más incómoda, pero en ocasiones necesaria.
Si nada funciona, habla con tu superior
Tu último recurso, si ya lo has probado todo es plantear el problema ante tu supervisor. Sin embargo, has de tener claro que es un problema lo suficientemente importante como para tener que comunicarlo.
Es decir, si ese compañero hablador está perjudicando a varias personas, no ejecuta su trabajo ni deja ejecutar el de los demás y se ha convertido en un problema que obstaculiza la productividad de tu departamento, es momento para comunicarlo. De esta forma, las personas encargadas podrán dar un aviso más serio al compañero hablador para que se deje de ser tan parlanchín, se centre en su trabajo, no moleste a los demás y deje la charla para los descansos, la hora de la comida, o el final de la jornada labora.