Cómo no ponerte enfermo cuando viajas
Consejos para evitar virus y bacterias si sales de vacaciones
Caer con la gripe, un catarro o una gastroenteritis el primer día de vacaciones es una manera horrible de comenzar una escapada, sobre todo cuando es corta y no tienes muchos días para disfrutar en tu destino.
Ponerte enfermo cuando viajas puede arruinar hasta el más perfecto plan de vacaciones, lo que supone una pérdida del tiempo y el dinero invertido, sobre todo cuando la enfermedad te obliga a permanecer en cama. ¿Hay alguna manera de evitar que esto ocurra?
Por qué es fácil enfermar cuando sales de vacaciones
Si tienes planeadas unas vacaciones y el desplazamiento lo realizas en un medio de transporte en el que viajan otras personas, estarás expuesto a cualquier tipo de virus que tenga otro pasajero.
Y es que, si vuelas en un avión, o viajas en tren, es posible que compartas asiento con otro pasajero que puede estar incubando o haber desarrollado alguna enfermedad, ya sea catarro, gripe, bronquitis, gastroenteritis, faringitis… En una cabina o un vagón cerrado, nos exponemos a los gérmenes, bacterias y virus presentes en el ambiente. Más aun cuando la persona con la que viajamos está tosiendo o estornudando.
¿Sabías que el aire que expulsamos por los pulmones al toser puede viajar a 160 kilómetros por hora? La misma velocidad puede alcanzar un estornudo. Y, con la tos y el estornudo salen pequeñas partículas de saliva cargadas de virus en caso de que el emisor esté enfermo. Dan ganas de salir de casa con mascarilla, ¿verdad? No nos adelantemos, pero no es una idea tan peregrina.
Además de exponernos a los virus que puedan tener otros pasajeros, nos enfrentamos a cambios en la temperatura del ambiente, el aire acondicionado o las calefacciones muy fuertes pueden hacer que nuestro cuerpo se enfríe en poco tiempo.
Los cambios de alimentación, beber agua del grifo o tomar alimentos en puestos callejeros. también son uno de los focos principales de las gastroenteritis.
Qué hacer para no ponerte enfermo cuando viajas
La realidad es que no podemos dejar que un virus o una bacteria arruinen todos los planes que teníamos planificados para las vacaciones. Puede suponer un enorme gasto de dinero y, sobre todo, una decepción muy grande por haber desperdiciado ese tiempo libre que tanto necesitábamos.
Por lo tanto, se hace indispensable viajar valorando las posibles contingencias que pueden surgir y llevarte a enfermar. Debemos tomar cartas en el asunto, ¿cómo?
Evita el estrés
Pensarás… ¿qué tiene que ver el estrés con las enfermedades? La realidad es que las razones por las que enfermamos incluyen factores estresantes como puede ser, llegar al aeropuerto a tiempo, pasar por el control, esperar las colas, tener que abrir la maleta de mano frente al servicio de seguridad… El miedo al avión o incluso al barco o al tren, junto con los nervios que sufrimos antes de llegar a nuestro destino, pueden aumentar el factor de riesgo a enfermar.
Por lo tanto, es importante que prepares con tiempo la maleta, no llegues a última hora a la aduana, seas previsor y vayas con calma para evitar sufrir de estrés.
Lávate las manos
La regla número uno que nos dan los médicos de cabecera para prevenir catarros es lavarse las manos. Es tan sencillo y mundano que no prestamos atención a esta recomendación y, sin embargo, es la medida más eficaz contra las enfermedades.
Pero ojo, no vale con meter cinco segundos las manos bajo el grifo y seguir tu camino. Lava bien las palmas de las manos y entre tus dedos para acabar con posibles gérmenes presentes en ellas, piensa que lo tocamos todo con las manos, cosas que antes han tocado otros viajeros que pueden estar acatarrados.
Es muy útil llevar encima un gel desinfectante de manos para reducir la cantidad de microbios con los que tienen contacto.
Limpia brazos y mesas de tu asiento
Tanto si vuelas en avión como si viajas en tren, piensa que ese trayecto lo ha hecho antes ese medio de transporte varias veces. Otras personas se sentaron en el asiento que tu ocuparás. Según un estudio, brazos y mesas de los asientos de los aviones son caldo de cultivo de gérmenes. Te ayudará llevar unas toallitas húmedas para limpiar tu mismo la zona donde vas a apoyar tus manos.
Usar una mascarilla no es una mala idea
Según la Organización Mundial de la Salud, “toda persona cercana (a menos de un metro de distancia, aproximadamente) a otra que presente síntomas gripales (fiebre, estornudos, tos, secreciones nasales, escalofríos, dolores musculares, etc.) podría estar expuesta al contagio por las gotículas provenientes de la respiración.”
Ya que, en muchos casos, la persona enferma no usa mascarilla, piensa seriamente en llevar la tuya para protegerte de los virus de otros pasajeros. Es una excelente medida para evitar el contagio de enfermedades en lugares públicos. No tengas pudor en llevarlo si ello te asegura llegar a tu destino y poder disfrutar de unas vacaciones libre de enfermedades.
Cuida tu sistema inmunológico
Para mantenerlo fuerte puedes ayudarle realizando una buena alimentación, rica en vitaminas y minerales.
Evita el consumo de alcohol y de tabaco para no minimizar la capacidad de tu sistema inmune.
Bebe mucha agua, eso sí, siempre embotellada, sobre todo si viajas a países en vías de desarrollo. Si no vas a tener acceso a agua mineral, opta por llevarte pastillas para potabilizar el agua que vayas a beber.
Toma alimentos astringentes para prevenir una diarrea como arroz, pan blanco, pasta, manzanas o plátanos.
Dale a tu cuerpo el descanso necesario, hacer turismo, por más divertido que sea puede ser extenuante, por lo que has de asegurarte las horas de sueño necesarias para que tu cuerpo se recupere de las caminatas para conocer bien los destinos a los que vayas.