Por qué enfermamos tras un período de mucho estrés
Qué puede ocurrir después de sufrir un alto nivel de estrés
Cuando sufrimos un alto nivel de estrés, nuestro cuerpo se las arregla para salir adelante. Ya sea que tengas que preparar unas oposiciones, trabajar y criar hijos al mismo tiempo o tener un trabajo realmente exigente, nuestro cuerpo y nuestra mente intentan mantenerse a flote durante el tiempo que dura ese período estresante.
Sin embargo, cuando la situación vuelve a la normalidad, de repente, comenzamos a sufrir enfermedades y trastornos sin cesar. Conoce por qué enfermamos tras un periodo de mucho estrés.
El bajón emocional y físico tras un período de alto nivel de estrés
Muchas personas, tras un período de alto nivel de estrés, comienzan a sufrir enfermedades o desarrollan trastornos de origen, en ocasiones, desconocido. El cuerpo ha aguantado durante el tiempo en el que el estrés se había instalado en nuestras vidas y parece que, cuando logramos, por fin, relajarnos, nos pasa de todo, ya sea a nivel físico o emocional. Sí, en muchas ocasiones, todas esas enfermedades extrañas y trastornos de origen desconocido tienen un culpable: el estrés que padecimos.
Algunas investigaciones han relacionado la disminución del estrés con un aumento de brotes de dolor, trastornos, enfermedades o dolencias. Tanto es así, que algunos estudios muestran como en fines de semana o festivos aumentan las apariciones de migraña y otras dolencias, justo cuando las personas no están trabajando y su nivel de estrés es menor.
En estos períodos de calma tras el estrés, pueden aparecer más casos de jaquecas, brotes de asma, enfermedades autoinmunes, trastornos estomacales, afecciones en la piel, alergias, etc.
Desde hace tiempo se viene alertando sobre el impacto que tiene el estrés en la salud de las personas, sin embargo, se habla menos del efecto que tiene después de haberlo padecido. Aun así, cada vez surgen más evidencias de que las personas tienden a enfermar después de haber sufrido una gran presión.
Por qué el cuerpo enferma después de sufrir mucho estrés
Cuando sufrimos estrés, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, la adrenalina o la norepinefrina que nos ayudan a impulsar el sistema inmunológico. Ante momentos de gran presión, las hormonas nos protegen además contra la percepción del dolor para que nada nos obstaculice cumplir las metas que hemos de cumplir. Las hormonas hacen su papel para que esa presión no nos impida seguir alerta.
Cuando el estrés ha pasado, el cuerpo vuelve a la normalidad, y también los niveles hormonales, los sistemas que estaban alerta se calman y esta caída puede ser responsable de molestias como la migraña e incluso de brotes de dolor crónico como la fibromialgia o la artritis. De la misma manera, el sistema inmune se relaja y se abre la puerta a que cualquier virus presente en el ambiente nos afecte de forma inmediata.
De esta manera, psoriasis, dermatitis, catarros, otitis, jaquecas, lumbalgias, dolores musculares, fatiga, cansancio y cualquier otro trastorno puede aparecer de la noche a la mañana cuando por fin, salimos del túnel del estrés.
Cómo paliar los efectos tras un período de mucho estrés
Para evitar todos estos efectos secundarios derivados del estrés es importante poner remedio cuando ese momento de estrés nos está afectando, ¿cómo?
- Si te encuentras viviendo en un momento de gran estrés saca tiempo para practicar ejercicio, es una forma de liberar endorfinas y potenciar la sensación de bienestar, además de ayudar a bajar ese nivel de estrés.
- Intenta dormir, el descanso es fundamental para que tu cuerpo no comience a dar síntomas de agotamiento.
- Lleva una buena alimentación, “no tengo tiempo para comer” o “tengo ansia por la comida” solo traerán problemas secundarios. En esa etapa de estrés es especialmente importante ser escrupuloso y llevar una alimentación sana.
- Tiempo de descompresión: aunque tengas poco tiempo, inviértelo en realizar actividades que te permitan bajar los niveles de estrés. Es muy recomendado practicar meditación u otras técnicas de relajación y, en el día a día, practicar la respiración diafragmática y rítmica.