Cómo renunciar a tu trabajo sin cerrar puertas
Consejos para despedirte de tu actual trabajo sin quedar mal con tu empresa
Renunciar a un trabajo hoy en día puede parecer un auténtica locura y, sin embargo, puede haber argumentos más que razonables para hacerlo.
¿Has comunicado alguna vez que dejas tu empleo?, ¿cómo hacerlo sin quedar mal? Quizás te ayuden estos consejos para renunciar a tu trabajo sin cerrar puertas.
Razones para renunciar a un trabajo
Existen distintos motivos por los que quieras dejar tu trabajo actual, el principal es haber encontrado una oferta que supere tus actuales condiciones. En definitiva, cualquier trabajador está dispuesto a mejorar su salario, horario, cercanía al hogar u otras condiciones si llega la oferta adecuada.
Además, existen otras muchas razones por las que alguien habría de dejar un puesto de trabajo:
- Hay quien tras años trabajando como asalariado, decide que es hora de emprender, y arrancar un proyecto propio. En definitiva, pasar de empleado a empleador.
- Algunas personas se ven en la necesidad de dejar un trabajo por cuestiones personales como atender a un familiar que está enfermo o dedicarse al cuidado de los hijos.
- En ocasiones, las condiciones laborales, el ambiente tóxico y jefes tiranos hacen que algunas personas renuncien al trabajo, incluso sin tener una expectativa laboral en el horizonte.
- Otras causas pueden ser cambiar de lugar de residencia, tomarse un año sabático, dedicarse a estudiar, no encajar en el puesto de trabajo, etc.
Son muchas y muy distintas las razones por las que alguien renuncia a un trabajo pero, la duda comienza en este punto en el que la decisión está tomada: ¿cómo hacerlo sin quemar puentes?, ¿cómo no quedar mal y dejar la puerta abierta por si hay una vuelta atrás?
Consejos para renunciar a tu trabajo y dejar la puerta abierta
Al renunciar a un trabajo estás dejando tu puesto de trabajo vacante, en definitiva, estás despidiendo a tu empleador. Es como romper con alguien, por lo tanto, ya que la situación puede ser delicada, conviene proceder con cautela y cuidado.
Si te marchas tras una gran discusión en la que sacas fuera todo el malestar que has estado guardando o incluso poniendo problemas para no dejar tu trabajo en orden, puedes dejar un mal recuerdo de ti y hacer que, tras tu salida de la empresa, la puerta se cierre para no volverse a abrir.
Y, si hay una máxima en el mundo laboral es la de no quemar puentes, nunca se sabe cuándo puedes volver a tener que cruzarlos. No imaginas lo pequeño que puede ser el mundo laboral, sobre todo, en determinados sectores. Pero, ¿cómo hacerlo?
Elabora tu discurso antes de comunicar tu baja
Antes de entrar como un huracán en el despacho de tu jefe y decirle que te vas, razona en casa y piensa cuándo y cómo vas a comunicarlo. Ensaya tu discurso para poder emplear las palabras adecuadas, ni demasiado agresivas, ni demasiado inconsistentes.
Elabora unos argumentos que tu futuro exjefe pueda entender y comprender e incluso pueda ponerse de tu parte en esta situación. Por lo tanto, evita un discurso excesivamente crítico “no aguanto a mis compañeros, las normas de la empresa son un atentado contra la creatividad, es insoportable trabajar aquí…”; por el contrario, elabora un discurso positivo “he aprendido mucho y he vivido muchas experiencias buenas en esta empresa, sin embargo, es hora de afrontar nuevos retos y esta oportunidad que tengo, me plantea un paso adelante que no puedo desatender”.
Es más, cuando vayas a hablar con tu empleador, intenta encontrar el momento más adecuado, no acudas a él si ha tenido una discusión reciente o está tan atareado que le sale el humo por las orejas. Envíale un email informándole que te gustaría hablar con él cuando disponga de un momento más tranquilo.
Comenta tu marcha a tu jefe y después a tus compañeros
En este mundo laboral, lleno de corrillos y chismes, es fácil que tus compañeros sepan de tus intenciones antes que tus jefes. Sin embargo, corres un gran riesgo, nunca se sabe si hay un “topo” que filtre la información a tus superiores o puede que te influyan negativamente a la hora de comunicar tu despido.
Si además, la marcha es porque no estás a gusto en tu empresa, puedes correr el riesgo de que tus compañeros quieran utilizarte para mejorar sus condiciones instándote a que expongas todos los problemas de la compañía.
No importa cuánto confíes en tus compañeros, alguien puede comentar antes de tiempo tus intenciones y complicar tu salida.
Mantén una conversación concisa y positiva
Cuando vayas a hablar con tu jefe, ve al grano. No tienes que andar de puntillas sobre el problema ni hablar de vanalidades. Tampoco has de entrar en demasiados detalles sobre tu próximo lugar de trabajo. Basta con decir que es una oportunidad que has estado esperando desde hace tiempo y no puedes rechazar.
Si no estabas contento, evita la tentación de descargar en esta charla todas tus frustraciones. En cambio, haz un esfuerzo por ser amable y cortés al comunicar tu baja.
Dale tiempo a tu empresa antes de irte
Irse a la francesa de un día para otro, aunque puedas hacerlo, según convenio o porque te queden días de vacaciones disponibles, puede que no venga bien a la empresa que dejas. Por lo tanto, avisa con el tiempo suficiente como para que puedan contratar a otra persona que haga tu trabajo o para que puedas dejar tus cosas en orden. En definitiva, quien más lo va a agradecer al final son tus compañeros, ya que serán quienes hayan de abordar, en algunos casos, ese excedente de trabajo.
Si luego la empresa decide que no es necesario y prefiere que tu marcha sea inmediata, es tu decisión, pero al menos, que no quede la buena intención por tu parte.
Proponte para aclarar todas las dudas futuras
Si no quieres cerrar puertas, colabora para que la transición sea lo más fácil posible. Organiza todo lo que haces para que la información esté disponible para el siguiente empleado y, préstate para que puedan contactar contigo en caso de surgir alguna duda.
Prepárate para recibir una contraoferta
No siempre ocurre pero, quizás podría plantearte tu jefe que te quedes bajo la promesa de nuevas responsabilidades o beneficios económicos. Valora, antes de hablar con él, si tu marcha es irrevocable y, si hay opción a negociación, qué considerarías justo para no irte.
En este caso, sé muy claro y firme en las circunstancias que han de darse para que no te vayas, qué cosas han de cambiar, y qué cifra económica te haría convencer. No des un paso atrás a menos que esos mínimos que tienes en mente se cumplan. Si no es el caso, agradece amablemente a tu jefe la oferta pero dile que la oferta que tienes actualmente es una oportunidad única que no puedes dejar escapar.
Antes de hablar con tu jefe, pon tus cosas en orden
Quizás tu jefe decida que, tras la charla, sea momento de que te marches, sin esperar un momento más. Por lo tanto, si tienes algo importante que tengas que rematar, información personal en el ordenador o pertenencias que tengas que llevarte, haz un trabajo previo para evitar ese momento crítico, si, en el peor de los casos, te dan cinco minutos para cerrar el ordenador, recoger tus cosas y salir de la oficina.