Cómo responder preguntas difíciles en una entrevista de trabajo y quedar bien
Consejos para afrontar las preguntas más difíciles de una entrevista laboral
Cuando optas a un puesto de trabajo en una empresa y te llaman para hacer una entrevista personal, es posible que prepares las distintas variables que pueden suceder. Es normal ensayar las respuestas a las preguntas más comunes como “qué experiencia tienes”, “cuál es tu formación” pero, ¿cómo responder preguntas difíciles en una entrevista de trabajo?, ¿qué hacer para no meter la pata en esas materias más controvertidas?
Afrontar una entrevista de trabajo
En una entrevista de trabajo has de estar preparado para que se den distintas situaciones, desde encontrarte a un entrevistador serio, seco y distante que te hace pasar un mal rato a hablar con alguien cercano, amigable y dispuesto a sacarte toda la información que pueda haciéndote relajar demasiado.
Es fundamental que, ante una entrevista laboral no te relajes ni un segundo, midas todas y cada una de las palabras que dices y, prepares bien tu discurso para no encontrarte ante una situación comprometida.
Y es que, muchos entrevistadores te pondrán entre las cuerdas para encontrar tus puntos débiles, querrán ver qué hay detrás de ese discurso (que ellos saben llevas ensayado) y, obtener mucha más información de la que aportas en ese breve espacio de tiempo del que dispones para “venderte”.
Es por ello que, has de valorar que, además de tu experiencia laboral y tu formación profesional se tocarán otros temas que pueden ser más polémicos o que te pueden llevar a dar respuestas erróneas. Son las preguntas difíciles de una entrevista de trabajo que has de poder salvar con éxito.
8 preguntas difíciles en una entrevista de trabajo: ¿qué responder?
Las entrevistas de trabajo más difíciles podrían pasar por realizar dinámicas de grupo, pasar exámenes psicológicos o enfrentarte a pruebas escritas. Sin embargo, incluso en las entrevistas que parecen más comunes y sencillas, en las que se trata de compartir un rato de charla, pueden presentarse preguntas incómodas y difíciles. Contestarlas de forma errónea puede llevarte directo a estar fuera de la candidatura.
1. Cómo te describirías a ti mismo en pocas palabras
Pueden incluso pedirte que lo hagas en tan solo una palabra, algo difícil y que puede provocar tus dudas. Los seres humanos somos multifacéticos por lo que elegir tan solo una o dos palabras que te definan no es tarea sencilla.
Lo primero que has de hacer es escoger adjetivos que te definan en el plano laboral, no en el personal, algo que importa menos a los entrevistadores. Evita también el consabido “trabajador”, ellos ya saben que, aunque no lo seas, vas a decirlo.
Trata de elegir un rasgo de tu perfil profesional que tenga que ver con la empresa que puede contratarte, por ejemplo, “innovador”, “proactivo”. También puedes escoger un rasgo que no varíe según la compañía, por ejemplo, “asertivo”.
2. Cuál es tu mayor defecto
Presentar un rasgo positivo como una debilidad es una táctica muy usada y que no va a convencer a quien tienes delante, así que evita el “demasiado trabajador”, “me implico demasiado”, “soy muy perfeccionista”...
Opta por ser honesto y habla sobre cómo estás trabajando para superar esa debilidad, por ejemplo, “mi mayor debilidad es evitar las discusiones, por lo que me he obligado a mi mismo a reconocer esta debilidad, a aprender de ella y a afrontarla, por lo que intento no esconderme y, cuando es necesario discutir, lo hago siempre de forma asertiva”
3. Por qué has estado tanto tiempo sin trabajar
Para un entrevistador, estar demasiado tiempo fuera del mercado laboral puede suponer un obstáculo. En este caso, afronta la respuesta sin disculparte. “Tomé la decisión de tomarme un tiempo por razones personales y ahora es el momento adecuado para volver, también esta es la oportunidad adecuada para mi”.
Echar la culpa a la crisis es algo muy utilizado pero puedes aprovechar ese obstáculo laboral que haya podido tener tu sector para explicar que, en ese tiempo, has estado formándote para seguir aprendiendo y para reciclarte. En ningún momento has de dar la imagen de alguien sentado en un sillón esperando a que le llegue una oportunidad.
4. Por qué te fuiste de tu anterior trabajo
Es una pregunta en la que corres el peligro de meterte en un jardín, incluso preparándola, ya que los entrevistadores sabrán como dirigirte hacia ese lugar donde puedes bajar la guardia y hablar mal de tu anterior empleo.
Esto es una máxima: nunca hables de malos empleadores o malos compañeros de trabajo por más que intenten hurgar en tu pasado laboral, incluso aunque las quejas sean del todo lícitas.
5. Cómo te ves dentro de unos años
Los empleadores pueden estar interesados en los planes de un candidato para el futuro, quieren saber si eres una persona que cambia cada poco tiempo de trabajo o es posible que hagas una larga carrera en la empresa.
La respuesta no es sencilla porque además, según el tipo de entrevistador, la ambición puede ser tomada como algo positivo o no, incluso es posible que no puedas dar una respuesta sincera porque dentro de unos años quieres hacer otro tipo de cosas. Por lo tanto, puedes redirigir la pregunta hacia el aquí y el ahora, manteniendo tu compromiso actual con la empresa en caso de ser contratado.
6. Cuánto dinero esperas ganar
Esta es una de las preguntas difíciles en las entrevistas de trabajo ya que uno no sabe muy bien si lanzar una oferta por lo alto o por lo bajo.
En general, en sectores donde encontrar trabajo no es sencillo, los candidatos darán una cifra baja por temor a no ser escogidos. Antes de contestar esta pregunta intenta tener toda la información sobre las horas que trabajaras, el horario, la distancia a tu hogar, las tareas a realizar y otro tipo de factores.
Puedes decir que no has pensado en una cifra en concreto mientras aportas datos de tu último salario dejando en el aire la posibilidad de negociar esa cifra ya que el trabajo propuesto te parece ilusionante y un atractivo reto. Deja claro que estás dispuesto a escuchar cualquier oferta, después ya tendrás tiempo de negociar, de aceptar o de rechazarla si te parece que el salario no está en consonancia con tu valor profesional.
7. Por qué debo contratarte
Es una pregunta que puede poner nervioso a los candidatos pero has de pensar que, el entrevistador tiene un tiempo limitado para conocer a cada una de las personas que optan a un puesto de trabajo. Es la pregunta que necesita una respuesta de “ahora o nunca”.
No temas en venderte a ti mismo y darle el brillo que se merece a tu perfil profesional, hazlo sin menospreciar a otros candidatos, simplemente afirmando tu confianza en ti mismo para el puesto de trabajo y tu creencia en que eres el candidato que la empresa necesita.
8. ¿Quieres hacer alguna pregunta?
Nunca digas que no, denota poco interés por el puesto laboral al que estás optando y, por la compañía que podría contratarte. Intenta hacer preguntas interesantes, no relacionadas con el sueldo o el horario, sino con el reto de trabajar en su empresa, sobre la cultura que se vive en la compañía, el ambiente laboral, cómo se mide el éxito o las posibilidades de crecimiento profesional.