Mi hijo escribe al revés, ¿es dislexia?

Por qué algunos niños invierten algunas letras y números

Alba Caraballo - 2018-12-21 18:14:00 - Educación

Es frecuente que, durante el proceso que supone aprender a leer y escribir, los niños cometan errores con la grafía de las letras y los números. Todavía es más frecuente con números y letras que, al invertirlos les recuerdan otros ya aprendidos como la b, p o q. Si tu hijo escribe al revés, no siempre se tratará de un problema de dislexia. 

Por qué hay niños que escriben al revés

Cuando el niño escribe al revés

Hay niños que invierten algunas letras y números, las suelen poner en espejo, es decir, las podríamos leer correctamente si colocamos un espejo junto a ellas. Suele suceder solo con algunas grafías, el niño escribe correctamente todas las letras y números excepto algunos que tiende a invertir. Pues bien, esta circunstancia es entendida por algunos como síntoma de dislexia, pero no siempre es así. De hecho, la inversión alfabética o numérica es normal en niños menores de 6 años.

Para conocer por qué invierten los niños letras y números es importante conocer las características de nuestro cerebro. Y es que, para nuestro cerebro es más sencillo procesar la simetría, de hecho la tenemos alrededor constantemente, está en la naturaleza. Si partimos un árbol por la mitad, es prácticamente igual, lo mismo ocurre con una silla o un lapicero. Incluso los objetos que no son del todo simétricos, nuestro cerebro los procesa como tales, por ejemplo una taza con asa, da igual que le demos la vuelta, la reconocemos fácilmente independientemente de a qué lado esté el asa.

Sin embargo, el alfabeto y los números complican esta tarea al cerebro porque tienen una particularidad y es que son asimétricos. Existen diferentes tipos de alfabetos, cada uno de ellos son distintos, la grafía japonesa no tiene que ver con la árabe, la occidental o la rusa, sin embargo, todas tienen cosas comunes. Todos los alfabetos están formados por curvas, rectas y líneas oblicuas.

Y aquí entra en juego nuestro cerebro que está entrenado para ver ciertos patrones mejor que otros, y la grafía de las letras con sus rectas, curvas y líneas, en definitiva, con su asimetría, nos plantea un reto, más aun a un niño en pleno proceso de aprendizaje.

Otra dificultad que hace que muchos niños inviertan las letras es que hay ciertas letras que, al girarlas o invertirlas se parecen. Por ejemplo, si a la letra b le damos la vuelta, se convierte en una d y, si a la letra q le damos la vuelta, la convertimos en una p. Un 3 al revés parecerá una E mayúscula y un 2 y una S mayúscula pueden parecerse. De esta forma, los niños durante el proceso de aprendizaje de la lectoescritura, no recordarán muchas veces la posición ideal de la letra o el número y la invertirán sin que ello indique que tienen un problema de dislexia. La mejor forma de solucionar esta circunstancia, es practicar la escritura y la lectura.

Cuándo sí se trata de dislexia

Los primeros síntomas de dislexia se pueden detectar en la etapa infantil, cuando el niño comienza a aprender a hacer trazos y comienza a escribir sus primeras letras, sin embargo, el diagnóstico no se puede realizar hasta los 7 u 8 años.

Un niño o un adulto con dislexia no solo escribirá en espejo algunas letras o números, además:

- Son personas que muestran dificultades de lenguaje, les cuesta asociar el sonido de la palabra con su grafía.

- Suelen separar palabras que van juntas y unir las que se escriben separadas.

- Les cuesta expresar las ideas por escrito.

- A las personas con dislexia les cuesta entender lo que leen.

- La lectura que realizan suele ser silábica, lenta y dificultosa, no suelen agrupar bien palabras y mezclan unas con otras.

- Confunden palabras al hablar, por ejemplo, A Grabiela le gusta esa estuata (A Gabriela le gusta esa estatua)

- No tienen un problema de visión porque invierten letras, sino que tienen un problema de aprendizaje de la lectura, ortografía y escritura.

- Debido a que la dislexia es un trastorno de neurodesarrollo pueden presentarse otros trastornos asociados como dificultad en la coordinación de movimientos y el equilibrio, falta de atención y concentración o dificultad para seguir órdenes complejas.