Por qué dibujamos esa forma de corazón si no se parece al real
Teorías que explican por qué dibujamos el corazón así, aunque no se parece al corazón humano
Cuando dibujamos corazones que simbolizan el amor, no dibujamos una forma parecida a una patata con sus ventrículos, venas y arterias. Sería extraño ver dos nombres, separados por esta extraña forma, de un corazón real, atravesado por una flecha.
En su lugar dibujamos un tierno corazón rojo, una forma cuya parte superior semicircular termina en una punta en su parte inferior. Es el símbolo de San Valentín, el de los enamorados, en definitiva, el del amor. Pero, ¿por qué dibujamos esa forma de corazón, si no se parece al corazón humano?
El origen de la forma de corazón
Existen distintas teorías sobre el origen de la forma de corazón tal y como la conocemos ahora, encontramos también esta simbología en distintas culturas a lo largo de la historia, por ello, no hay una única explicación que responda a la pregunta sobre por qué dibujamos esa forma de corazón, a pesar de que no parece, en absoluto, un corazón humano. Existen varias teorías:
Cirene y la extinta planta silfio
Cirene fue una antigua ciudad fundada por los griegos procedentes de Santorini en la actual Libia. Esta ciudad fue un importante punto comercial de los griegos hacia Egipto y Cartago. Sus comerciantes, entre otros productos, comerciaban con una planta que desapareció al principio de nuestra era, el silfio. Era una planta utilizada para sazonar alimentos, y también como anticonceptivo. En la Antigua Grecia era usado de forma muy común para evitar embarazos y, era tan popular, que acabó extinguiéndose con el tiempo.
Pues bien, la vaina de semillas del silfio se parece al corazón que solemos dibujar actualmente, por lo que, se cree que comenzó a asociarse inicialmente con el sexo, y posteriormente con el amor.
El corazón en la civilización egipcia
Aunque el símbolo era bien distinto al que utilizamos actualmente, los antiguos egipcios ya utilizaban gráficamente el corazón. Para ellos, tenía una importancia fundamental, ya que era donde residía el alma de las personas. Es más, pensaban que, si habían sido buenos en vida, su corazón pesaría al morir lo mismo que la pluma de la verdad del dios Maat y gozarían de vida eterna.
Del corazón dibujado por los antiguos griegos a la Edad Media
Aristóteles definió el corazón humano como un órgano formado por tres cámaras y una abolladura en el medio. Muchos años después, en el siglo XIV, Guido da Vigevano, un físico italiano, hizo algunos dibujos del corazón muy similares al de Aristóteles. Estas representaciones y la antigua idea griega de que el corazón humano está conectado con la emoción y el placer, pudieron transformar esta forma del corazón en un símbolo del amor durante la Edad Media.
La forma de corazón y las formas femeninas
Algunos historiadores piensan que, el corazón puede ser una representación, bastante inexacta de los senos, glúteos o el pubis de una mujer. Según ellos, algún artista con muy mala mano para el dibujo, podría haber comenzado a dibujar esta forma femenina que, posteriormente se hizo popular extendiéndose este ideograma para expresar la idea del corazón en su sentido metafórico o simbólico como el núcleo de la emoción, el afecto y el amor.
La forma del corazón y la visión de Santa Margarita
La tradición católica explica el dibujo del corazón con la forma que lo conocemos, como respuesta a una visión que tuvo Santa Margarita María Alacoque (s. XVII), en la que el Sagrado Corazón de Jesús, se le apareció con esta forma y rodeado de espinas. Sin embargo, en esa época, más allá del año 1650, este símbolo ya estaba documentado, por lo tanto, aunque la Iglesia lo recoja, los historiadores lo consideran el más improbable de todos los orígenes. Sin embargo, sí pudo ser un factor determinante en la popularización del símbolo.
La primera representación de la forma del corazón
La primera representación del ideograma del corazón, asociado a la idea del amor, está en un romance francés de 1250 llamado “Roman de la Poire” (Romance de la pera). En él aparecía un dibujo de un amante arrodillado, ofreciendo su corazón a una dama. La forma del corazón era similar a una piña y está, invertido, es decir, no en la forma en la que lo dibujamos actualmente.
Después de esta, hay otras representaciones similares, como la de la Caridad entregando su corazón a Jesús, en la Capilla Scrovegni de Padua, elaborado en 1305 por Giotto. En esta y otras similares, el corazón siempre se dibujaba al revés.
La baraja de cartas alemana del siglo XIV
En la baraja alemana del siglo XIV, cuyo origen no está claro pero se cree que las trajeron los árabes de oriente, ya aparecen los corazones, como uno de los cuatro palos: campanas, corazones, hojas y bellotas.
La baraja francesa, heredera de ésta, mantuvo los corazones pero cambió el resto de palos por picas, diamantes y tréboles.
El corazón y San Valentín
Como símbolo de amor ya establecido, en el siglo XIX, comenzó a aparecer en las felicitaciones y tarjetas, cajas de dulces y demás objetos que se comercializaban por San Valentín. En el siglo XX, el símbolo entró en la cultura pop y se convirtió en una forma más de comunicación entre las personas. Está en los emojis que enviamos, en marcas de ropa, en las fotografías más seguidas de Instagram, etc. No hace falta dar explicaciones, cuando alguien envía o recibe un corazón, está en nuestra cultura.