Tipos de macetas: ¿dónde poner mi nueva planta?
Qué maceta elegir para mis plantas
Tener una planta es una responsabilidad, has de regarla, alimentarla, abonarla y estar pendiente de ella para que pueda lucir en óptimas condiciones. Si has decidido tener plantas en casa, ya sea en interior o en exterior, lo primero que has de hacer es elegir las planta más adecuadas al lugar donde van a estar.
Para ello, lo recomendable es acudir a una tienda o un vivero de confianza donde puedan aconsejarte sobre las necesidades de cada planta, si es de sol o de sombra, cuánta luz necesita, cada cuánto se riega, cuándo florece, si hay que podarla o si necesita de algún abono especial. Pero además has de preguntar otra cosa: ¿Qué tipo de maceta necesita tu nueva planta?
La maceta, ¿dónde pongo mi nueva planta?
Cuando llegues a casa con tu nueva planta, lo primero que habrás de hacer es abonarla y regarla pero además, habrás de ponerla en una maceta adecuada. Y es que, probablemente llegue de la tienda con un envoltorio de plástico o una bolsa para que las plantes en tu casa.
En cuanto a las macetas, hay un sinfín de tipos de macetas, tamaños, calidades, colores y materiales, por lo tanto, puede parecer difícil elegir la más adecuada. Puedes guiarte por estos consejos:
1. Tamaño de la maceta: por lo general, habrás de comprar una maceta ligeramente más grande que la que tiene la planta cuando la compraste. Basta con un par de centímetros más de diámetro para luego, ir cambiando si la planta crece y se queda sin espacio.
2. ¿Maceta o jardinera?: la diferencia entre ambos es el tamaño. Se suele llamar jardinera a las macetas grandes en las que pueden entrar plantas de distinto tipo para crear un pequeño jardín.
3. Material de la maceta: algunos materiales son más adecuados para exterior mientras que otros encajan en cualquier ambiente.
Macetas para plantas según su tipo de material
Las hay de una enorme variedad de materiales: de plástico, de madera, metal, barro, cerámica, etc. Esto hace que, en ocasiones, elegir la maceta adecuada pueda convertirse en una fuente de dudas. Estos consejos pueden servirte de ayuda:
Macetas de plástico
Hay quien considera poco adecuadas a las macetas de plástico, sin embargo, tienen grandes ventajas, entre ellas: tienen una gran durabilidad, no manchan el suelo (si no están perforadas) y son fáciles de limpiar.
Si has de poner una maceta o jardinera sobre un suelo de madera, o sobre un mueble, algunos expertos consideran más adecuado que sea de plástico, ya que al no ser un material poroso, no dejará pasar la humedad, y no dañará las distintas superficies. Así evitarás esos cercos que dejan en ocasiones las macetas sobre el suelo. Además, ya que el plástico es muy resistente a la humedad, deberás regar menos.
Por el contrario, tienen la desventaja que, si no estás pendiente y tienen mucha agua, podría provocar que las raíces se pudran. Y, si tienes la maceta de plástico al sol y además es de color negro, podría recalentar mucho las raíces.
Macetas de madera
Son jardineras que tienen como ventaja su belleza e integración perfecta con la planta, sin embargo, requieren muchos más cuidados que las de plástico.
Las jardineras, hechas con materiales resistentes y tratadas, sobre todo si son de exterior, pueden durar muchos años. Sin embargo, has de tener la precaución de tratarlas con aceite especial para madera, al menos una vez al año.
Quizás también debas barnizarlas de vez en cuando si ha perdido parte de su original tonalidad. Son muy decorativas e incluso puedes fabricar tu propia jardinera con palets.
Eso sí, conviene que protejas el interior de tu maceta de madera forrándola con una malla de tela especial para plantas o alguna derivada del plástico para que duren mucho más tiempo en perfecto estado.
Macetas de barro
Es la clásica maceta. Son muy resistentes y pueden durar en buenas condiciones muchos años. Sin embargo, tiene dos inconvenientes principales: su peso y que se rompen con facilidad ante un golpe seco.
Las macetas de barro son muy beneficiosas para las plantas porque el barro transpira y hace que, si las tienes al sol, el agua se evapore a través de los poros del barro y refresque la superficie de la planta. Es lo que se conoce como efecto botijo.
Macetas de cerámica
Suele emplearse principalmente como ornamento para tapar las macetas de plástico, que son prácticas pero poco vistosas.
También se pueden usar directamente e introducir la planta dentro pero, como la cerámica suele estar lacada, no es porosa y no tiene las propiedades refrescantes del barro.
En interiores, las macetas de cerámica pueden dejar cercos sobre la madera y, si lo usas como cubremacetas, vigila que no quede agua estancada en el fondo para que no se pudran las raíces.
Macetas de metal
Las jardineras de metal suelen usarse principalmente para plantas de exterior. Este metal puede ser acero galvanizado, acero inoxidable, hierro, etc.
Sin embargo, excepto las macetas de acero inoxidable, las demás acaban dejando un cerco en el suelo al oxidarse, por lo que se recomienda hacer un tratamiento por lo menos cada dos años.
Macetas de piedra
Este material se ha usado tradicionalmente para colocar jardineras de exterior. Sin embargo, hoy en día se utilizan menos por su peso. En muchos casos, la piedra se ha sustituido por plástico que imita a la piedra, con igual textura y menos peso o por piedra artificial.
Si vas a poner macetas de piedra en tu terraza, asegúrate del peso que puede soportar tu estructura para no tener un susto.
¿Qué tipo de maceta es mejor?
En realidad, no hay un tipo de maceta mejor que otro en líneas generales. Puedes seguir las características que te hemos contado de cada tipo de material de macera para elegir la que más se adapta al lugar donde vas a colocar tu planta y a sus características.
Ya hemos visto que, para exterior, encajan mejor las macetas de piedra o de metal, mientras que el barro, plástico y la cerámica pueden encajar tanto con plantas de exterior, como de interior.
Solo has de seguir las recomendaciones planteadas para que las macetas no dejen mancha sobre las distintas superficies o para cuidarlas y que no envejezcan rápidamente por un mal uso.