Victimismo: cómo lidiar con personas victimismas
Qué hacer si tu pareja, amigo o compañero de trabajo te manipula con el victimismo
Hay personas que pasan por la vida sintiéndose y quejándose de ser las víctimas de todo y de todos. Parece que el mundo está en su contra, la gente se empeña en hacerlos infelices, se muestran desafortunados y pueden contar cientos de relatos en los que otras personas les hicieron daño.
El victimismo pasa por buscar la compasión de los demás y, sin embargo, lo que acaban encontrando es la oposición. Y es que, lidiar con personas victimistas puede ser agotador y decepcionante si no ponemos las soluciones necesarias.
Cómo son las personas victimistas
- Las personas victimistas suelen hacer incesantes reproches sobre los demás, parece que la vida, en general, y las personas en concreto, conspiran contra ellos para hacerles deliberadamente el mal, pero ahí están ellos, para decir en voz alta a quien quiera escucharles que los demás están en su contra.
- El victimismo pasa por realizar una queja constante de la actitud de otras personas hacia ellos.
- No suelen tomar responsabilidad de sus acciones y lanzan la culpa a cualquiera que esté a su alrededor.
- Suelen hacer un retrato de sí mismos que tiende hacia la pena y la tristeza, se presentan como personas desafortunadas que necesitan o exigen ser rescatadas. Para ello, buscan en otra persona, ese amigo-terapeuta del que dependen.
Si tienes un amigo, familiar, compañero de trabajo o pareja victimista y, quieres ayudarle, pero te abruma con sus interminables relatos, es hora de aprender a lidiar con una persona victimista. Toma nota de estas estrategias que puedes poner en práctica.
Cómo actuar ante el victimismo
1. Evita complacer sus quejas constantes: si siempre estás ahí para escuchar sus innumerables quejas, sin hablar claro, tenderá a buscarte siempre porque en ti encontrará al perfecto receptor. Pero, si comienzas a poner “peros” a su victimismo, si le hablas claro, si le dices “no”, y le pones límites diciéndole que es hora de dejar de quejarse y comenzar a abordar las situaciones de las que dice ser víctima, le desarmarás. Alguien, en algún momento determinado le tendrá que enseñar la realidad de su vida, y quizás te ha tocado a ti ese papel. No es una víctima más que ninguna otra, solo es una persona con sus circunstancias y en lugar de quejarse, ha de comenzar a solucionarlas.
2. Prepárate para el enfado del victimista: cuando le hables claro y le digas que no volverás a escuchar ninguna queja, sino soluciones, te volverás de repente el culpable de otro de sus dramas. No te dejes caer en ese momento por la pena, ni sucumbas ante su estrategia. Simplemente dile que como amigo, pareja o compañero que le quiere, es lo único que le puedes ofrecer.
3. Pon distancia con la persona victimista: si esa persona además, no es muy afín a ti, si le escuchas porque te da reparo pero eso está haciéndote perder otras oportunidades de relacionarte con otro tipo de personas o es un compañero de trabajo que incluso te está comenzando a dar problemas en el ámbito laboral, dile que lamentas lo que le ocurre pero has de volver a tu trabajo, sé tajante. Habla con la palabra y utiliza el lenguaje del cuerpo, rompe el contacto visual, dale la espalda. No te involucres demasiado con esa persona, ya que no podrás trabajar ni diez minutos sin ser molestado por sus constantes quejas.
4. Si el victimista eres tu y te has dado cuenta de que no puedes vivir así, recuerda lo afortunado que eres en comparación con gran parte de las personas que habitan este mundo. Eso no es consuelo para muchos victimistas y, sin embargo, debería serlo ya que no luchas por sobrevivir a la pobreza, a la violencia, al genocidio o a no tener ni un vaso de agua que darle a tus hijos. Tienes un regalo entre las manos, una vida afortunada, y es preferible exprimirla y vivirla de forma apasionada que perder el tiempo regodeándote en tus miserias. Cuando tengas un mal día, trata de mantener esa perspectiva.