Cómo tratar una uña negra del pie: ¿qué hacer si se desprende?
Uña negra o amoratada: causas, tratamiento y prevención
Tener una uña negra en el pie es algo relativamente frecuente entre los corredores y atletas, aunque también puede suceder si recibes un fuerte impacto en el dedo o éste golpea contra algo duro.
Ese color negro o amoratado indica que hay sangrado bajo la uña, por lo que también se conoce como hematoma subungueal. No es una afección grave, pero sí puede llegar a ser molesta e incluso, puede desprenderse o levantarse de un lado con el tiempo, algo que puede resultar muy desagradable. ¿Sabes cómo tratar una uña negra del pie y qué hacer si se desprende?
Razones por las que se da una uña negra o un hematoma subungueal
Que una uña se ponga negra es una molestia que suele suceder a personas que han realizado una larga caminata con un calzado que apriete los dedos de los pies o a corredores que realizan su carrera por zonas con desnivel. Y es que, cuando se camina o se corre en una cuesta abajo, los pies tienden a deslizarse en el zapato hacia la zona delantera, haciendo que choquen las uñas con la parte frontal y superior del calzado. Este rozamiento puede hacer que la uña sufra una presión excesiva que puede derivar en un sangrado por debajo de esta.
También puede suceder que la uña del pie reciba un fuerte impacto o te golpees al caminar con algún objeto y el resultado será el mismo: una uña amoratada.
Pero, ¿por qué adquiere la uña ese color oscuro? En realidad, es la sangre atrapada bajo la uña, a consecuencia del golpe o la fuerte presión, la que hace que la uña parezca negra o morada.
En ocasiones, cuando sucede este sangrado, la presión de la sangre o la sangre que queda atrapada en la uña, empuja a la uña haciendo que se separe del lecho ungueal, es decir, de la carne bajo la uña.
Otra de las causas que puede provocar una uña negra es una infección por hongos. Las infecciones micóticas pueden causar cambios en el color de la uña, haciendo que se vea negra, marrón o azulada. Si no has realizado ninguna caminata, carrera, ni te ha caído un objeto sobre la uña, deberías consultar a un podólogo para confirmar un diagnóstico y recibir tratamiento.
¿Cuánto tarda en desaparecer una uña negra?
Si la presión que se ha ejercido sobre la uña ha sido intensa o el golpe muy fuerte, la uña puede estar dolorida. Es normal sentir incluso como si el dedo latiera. Este dolor puede llegar a provocar la imposibilidad de ponerse un calzado que apriete el pie o si quiera que roce la zona de la uña.
Esta molestia cederá en unos días pero, la uña permanecerá negra durante mucho tiempo. En realidad, no desaparecerá hasta que vuelva a crecer una uña nueva, lo que puede tomar varios meses o hasta que, comience a desprenderse por sí sola, algo muy habitual en estos casos, si está muy amoratada. Ya que, a medida que la uña nueva empuja a la antigua hacia fuera, la parte de uña que tiene sangre atrapada, es decir, la que ha hecho que se separara la uña del lecho ungueal, queda más expuesta y habrá poca uña retenida a la piel.
La uña nueva irá creciendo sin decoloración y, probablemente notarás un pequeño escalón entre la nueva uña y la antigua, ya que la segunda, está menos pegada a la piel.
Cómo se trata una uña negra o amoratada
En caso de que hayas recibido un fuerte impacto en el pie, un aplastamiento o el dolor sea realmente molesto, es conveniente que acudas a tu médico para que pueda valorar tu caso e incluso drenar el líquido atrapado para que deje de doler tanto. El podólogo podrá perforar la uña, realizando pequeños agujeros (que no te dolerán) para eliminar parte de ese líquido y mejorar la presión que sientes en la uña.
Si tu caso no es muy grave, basta con que apliques un poco de frío en la zona con una compresa de gel frío o hielo envuelto en un trapo para aliviar la hinchazón y la molestia y, no podrás hacer otra cosa que dejar que cure con el tiempo.
¿Qué hago si la uña comienza a levantarse?
Si la uña está parcialmente desprendida y no te sientes cómodo retirándola, conviene que acudas a un podólogo que pueda realizar esta tarea por ti.
En caso de que prefieras hacerlo tú mismo, podrás hacer varias cosas:
1. Si todavía queda mucha uña pegada a la piel, puedes recortar la uña para evitar que se enganche y sufrir un desgarrón. Continúa recortando el trozo de uña que va creciendo y cualquier borde que pueda tener borde y que pueda engancharse. Puedes también cubrirla con una tirita mientras crece para protegerla.
2. Si prácticamente no queda uña prendida a la piel y está agarrada tan solo de un lado, puedes usar las tijeras para desprender la parte que ya no está pegada a la piel.
En ambos casos, mantén una buena higiene de la zona y desinfecta la uña para evitar males mayores.
Si ya no tienes uña en el pie, mantén siempre el lecho ungueal limpio y cubierto con una tirita hasta que esté más firme o la uña haya crecido. Asegúrate de que siempre está seco y, cambia la tirita si se moja.
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Cómo evitar que se me ponga una uña negra
- Si no es la primera vez que sufres un daño en una uña tras una carrera o caminata, deberías revisar o cambiar los zapatos o zapatillas que estás utilizando, sobre todo si, tras un largo trecho, tus pies se hinchan y no tienen el espacio suficiente dentro del calzado. Los dedos tienen que tener el suficiente espacio dentro de la cavidad del zapato para no sufrir daños.
- El calzado que utilices para correr o realizar largas caminatas, ha de ser lo suficientemente ancho como para que los pies no se vean comprimidos y, lo suficientemente largo como para que si caminas un rato cuesta abajo, no se vean atrapados y estrujados en la puntera del calzado. Deben tener un cierto margen de deslizamiento. Esto es especialmente importante si tu rutina de ejercicio incluye tramos cuesta arriba y cuesta abajo, ya que es cuando experimentarás un mayor deslizamiento.
- Si notas, durante una carrera que comienza a dolerte los dedos de los pies, es una señal clara de que están siendo presionados. Si no paras y esperas a tener un calzado adecuado para realizar tus ejercicios, terminarás con una uña negra que, acabará desprendiéndose. Y esto, suele ser una molestia bastante desagradable.