Correr por la playa, ¿que ventajas e inconvenientes tiene?
Hacer running por la arena de la playa, ¿es bueno o malo?
Tras un largo año esperando las vacaciones, por fin han llegado, ya puedes disfrutar de unos días de sol, playa, relax, cenas con amigos...
Pero, si eres de los que no puede pasar sin ejercitarse ni en tu tiempo libre y estás dudando sobre la posibilidad de correr por la playa, has llegado al sitio correcto. Te aclaramos cuáles son los pros y los contras de hacer running por la playa para que puedas mantenerte en forma evitando lesiones innecesarias.
Beneficios de correr por la playa
Además de disfrutar de un entorno más bonito y saludable que correr por la ciudad, correr por la playa tiene muchos beneficios:
Correr por la arena de la playa consume más energía
Es un hecho que correr sobre una superficie inestable como puede ser la arena de la playa requiere un mayor esfuerzo de los músculos, sobre todo de las piernas, para mantener el equilibrio y no torcerse un pie. Por lo tanto, este mayor trabajo supone un aumento del gasto de energía. De hecho, según los expertos, se necesita 1.6 más veces energía para correr sobre arena que sobre una superficie firme.
Correr sobre la arena fortalece los músculos
Según algunos estudios, los corredores que hacen running sobre arena aumentan de forma más significativa la fuerza en los músculos de la parte inferior de la pierna. Los cuádriceps y gemelos se ven fortalecidos en comparación con los corredores que hacen running sobre suelo.
Correr por la playa puede prevenir lesiones
Según un estudio realizado por la Universidad de Griffith, Queensland (Australia), cuando el pie impacta sobre arena blanda en una carrera, aumenta la cantidad de tiempo en que los pies se hunden en ella, por lo que se reduce el impacto que reciben rodillas, tobillos y caderas con cada zancada. Esto ayuda a prevenir lesiones futuras derivadas de correr en un piso muy duro.
Correr en un entorno natural
Además de los ya conocidos beneficios psicológicos que aporta correr, se suma el hecho de que lo vas a hacer en un entorno natural. Correr por la playa puede aumentar tu sensación de bienestar, tu autoestima y estado de ánimo. Salir a hacer running a primera hora o a última, antes de que las playas se llenen, escuchar las olas del mar y sentir la brisa marina mientras corres, es un auténtico placer.
Cambiar de escenario
Para muchos corredores, cambiar de escenario cuando corren es esencial para seguir motivándose. Por lo tanto, correr por la playa es una buena oportunidad para probar un sitio diferente donde practicar una de tus disciplinas favoritas.
Desventajas de correr por la playa
Si correr por la playa fuera todo ventajas, éstas se llenarían de corredores. Correr sobre la arena también tiene sus desventajas, y para algunos corredores éstas hacen inviable hacer running sobre un terreno tan impredecible:
Lesiones relacionadas con las carreras por la playa
La arena es un elemento blando y cambiante, por lo que los corredores en este tipo de terrenos pueden sufrir de estrés en pies y tobillos, así como experimentar más lesiones como esguinces de tobillo, estiramiento excesivo del talón de Aquiles o lesiones plantares.
Las rodillas también sufren en este terreno porque la zancada en tierra blanda transmite estrés a los ligamentos de la rodilla que, puede conducir a esguinces o tendinitis.
Asimismo, podrías notar molestias en caderas y espalda. Para prevenir todo esto has de estirar bien antes y después de la carrera e ir haciendo entrenamientos cortos para ir incrementando el tiempo lentamente.
Aumenta el riesgo de quemaduras solares
Es fácil olvidar echarse crema de protección solar cuando no vas a tomar el sol, sin embargo, correr junto al mar puede provocarte quemaduras solares si no proteges tu piel. Evita correr en las horas centrales del día. Recuerda también hidratarte adecuadamente para poder disfrutar de una carrera segura.
Menor resistencia al hacer running por la arena
Es posible que te frustres al ver que, en suelo firme eres capaz de correr más tiempo, más rápido y más distancia que cuando lo haces en la playa. Es normal, has de adaptar tus expectativas al terreno en el que te encuentras. Tus pies se van a hundir en la arena blanda y se vuelve más difícil impulsarlos para dar zancadas. Notarás más fatiga y cansancio con este tipo de carrera. Para evitarlo en cierta medida, puedes correr cuando la marea está baja y la arena es más uniforme y compacta.
Correr por la playa, ¿con o sin zapatillas?
Correr por la playa puede ser un ejercicio muy agotador para los músculos y tendones de los pies, además las playas están llenas de pequeñas conchas, piedrecitas y otros elementos que pueden incrustarse en la playa del pie.
Por lo tanto, los expertos recomiendan correr con un calzado adecuado para reducir el impacto de la zancada sobre huesos y articulaciones y evitar terminar con un tobillo torcido. Por lo menos, hasta que estés acostumbrado a correr en una superficie tan inestable como puede ser la arena de la playa.
Si crees que estás preparado para poder correr descalzo, ve haciendo pequeños entrenamientos y mantén la concentración constantemente para no torcerte un pie.
Si eres capaz de hacerlo manteniendo el equilibrio fortalecerás músculos, tendones y ligamentos, mejorará tu capacidad de equilibrio y estarás más conectado al entorno en el que estás corriendo.
Conclusión
No podría decirse que correr por la playa sea bueno o malo, simplemente tiene sus ventajas e inconvenientes. Puede resultar un ejercicio muy bueno para muchos corredores, sobre todo porque cambiar de entorno a la hora de hacer running, siempre es beneficioso.
En definitiva, correr por la playa con un calzado adecuado si no te sientes seguro de hacerlo descalzo, corriendo en horas donde todavía no haga mucho calor, por la zona de arena más firme cuando la marea está baja, hidratándote y estirando correctamente, puede ser un ejercicio de alto beneficio, ya no solo para tu salud física, sino para tu bienestar emocional.
Sin embargo, siempre has de valorar que tienes más riesgo de sufrir una torcedura o esguince que sobre un suelo firme.
Y, después del ejercicio, podrás darte un refrescante baño en el mar para disfrutar al máximo de la experiencia ya que, y aquí viene el último consejo extra: ducharse o bañarse en agua templada o fría tras el ejercicio no solo es una medida de higiene sino que también estimula la circulación sanguínea, tonifica la piel y favorece la lipólisis, un proceso por el que se queman los lípidos debido al cambio de temperatura.