Mito de Orfeo y Eurídice: resumen y significado

Orfeo fue un músico, poeta y profeta de la mitología griega. Sus padres fueron el rey de Tracia Eagro y la musa Calíope.
A través de su canto y la melodía de su lira podía influir sobre las personas, los animales y las fuerzas de la naturaleza. Se casó con la bella Eurídice y, al morir esta, descendió al inframundo para liberarla. ¿Lo conseguiría?, ¿le permitirían los dioses hacerlo? Parece ser así, sin embargo, Orfeo desobedecería a los dioses en su intento de recuperar a su amada y tendría el castigo más implacable que hubiese podido imaginar. El mito de Orfeo y Eurídice es un relato de la Antigua Grecia que ha llegado hasta nuestros días gracias a los poemas de escritores como Ovidio. 

¿Te interesa la mitología griega? Te mostramos un resumen del mito de Orfeo y Eurídice y además, te explicamos cuál es su significado.

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Resumen del mito de Orfeo y Eurídice

Hace mucho tiempo, vivía en Tracia un cantor llamado Orfeo, tenía una increíble voz y cantaba al son de una lira que le había regalado Apolo, dios de la música. Sus canciones levantaban emociones, calmaban a las bestias y calmaban las fuerzas de la naturaleza.

Orfeo se había enamorado de Eurídice, una bella ninfa que vivía en un bosque de Tracia. Se casó con ella y pensó que sería feliz para siempre, pero el mismo día de la boda, una serpiente mordió a Eurídice en el talón y allí mismo quedó muerta. Orfeo invadido por la tristeza dejó de cantar y, durante meses, vagó sin rumbo ante la pena de haber perdido a su gran amor.

Un día, decidió viajar al más allá para recuperarla, ya que no podía vivir sin ella. Aquella era una tarea muy peligrosa y podía morir en el intento, pero prefería arriesgarse antes que vivir un día más sin Eurídice. 

Así, Orfeo entró en la cueva que llevaba hacia el mundo subterráneo donde vivían los muertos: el Tártaro. Llegó hasta el río Aqueronte, cuyas aguas separaban la vida de la muerte y allí se encontró con Caronte, un anciano que subía a los difuntos a su barca para llevarlos a la otra orilla, al infierno.

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Caronte se sorprendió y enfadó al ver a Orfeo, no debía estar allí puesto que estaba vivo, pero de pronto, Orfeo sacó su lira y cantó una de sus bellas melodías. Su música aplacó a Caronte y le convenció para hacer algo prohibido: llevar a un hombre vivo a la orilla de los muertos.

Durante la travesía, Orfeo no dejó de cantar y así aplacó a Cerbero, el perro de tres cabezas que custodiaba la puerta del infiero. Llegó hasta el mismo Hades, cantó para él y le conmovió tanto que le permitió llevarse a su esposa, eso sí, con una condición...

-"Durante el camino de vuelta, Eurídice seguirá tus pasos pero no debes girarte para mirarla, si vuelves la cabeza, ella volverá al infierno y, nunca más volverás a verla". 

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Parecía sencillo de cumplir y así Orfeo emprendió el camino de vuelta pensando que Eurídice le seguía, mientras iba cantando al son de su lira.  Cuando casi había alcanzado la luz, Orfeo sintió un miedo terrible, pensó que Haces le había engañado y Eurídice no estaba tras él. 

Giró la cabeza y allí estaba Eurídice, pero tan pronto como la vio, ella se hundió a gran velocidad en las profundidades del Tártaro.

Orfeo había perdido por segunda vez a Eurídice, y ya no existía solución para él. La pena que sintió fue tan abrumadora que su pelo se volvió blanco de repente y el mundo perdió sus colores y aromas. En los años siguientes, solo pudo entonar canciones tristes y, de anciano, cuando llegó la hora de su muerte, las musas lo enterraron en un valle a los pies del Olimpo. 

Desde entonces, los ruiseñores se reúnen allí para cantar, pero Orfeo no puede oírles, ni tampoco le importa, porque está con Eurídice, en la orilla de los muertos. Por fin es feliz. 

Un final alternativo para Orfeo

Algunos mitos griegos se han difundido a través de distintas versiones, por lo tanto, una misma historia tiene diferentes sucesos y finales. Este es uno de esos casos, en una de las versiones Orfeo es asesinado en un ritual por las ménades de Tracia, quienes además lo despedazan y tiran su cabeza al río Hebro. 

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Según cuenta esta versión, su cabeza siguió cantando hasta llegar a la isla de Lesbos, donde fue recogida y venerada como oráculo, hasta que Apolo puso su pie sobre ella y la condenó al silencio.

Otras curiosidades sobre Orfeo y Eurídice

En la leyenda de los argonautas, Orfeo es uno de los hombres que, guiados por Jasón, partieron en busca del vellocino de oro. Participó tocando el arpa y cantando, lo que le permitió desafiar el mar tormentoso. Además, se dice que salvó a sus compañeros de las sirenas silenciando el sonido que emitían con su música. 

En alguna versión se dice que Eurídice tenía otro admirador además de Orfeo: Aristeo, dios de la apicultura y del cultivo del olivo. Se cuenta que este quería violar a Eurídice y ella, al huir de su perseguidor, pisó una serpiente y murió a causa de la mordedura.

Se cree que en la antigua Grecia surgió una religión basada en las enseñanzas y canciones de Orfeo, aunque no se tiene una evidencia absoluta sobre ello. Sin embargo, la mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que en el siglo V a. C. había un movimiento órfico con sacerdotes que ofrecían enseñanzas en base a la doctrina fundada por Orfeo. 

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Significado del mito de Orfeo y Eurídice

El mito de Orfeo y Eurídice está considerado como uno de los mitos morales, es decir, historias que nos advierten sobre los riesgos que corren aquellos que cometen faltas. El error de Orfeo fue desobedecer a los dioses, en este caso a Hades. Orfeo gira su cabeza para mirar si Eurídice está tras él a pesar del aviso del dios del inframundo. Por ello, afronta el peor castigo para él: no volver a ver a su amada en vida.

De esta manera, este mito pone de manifiesto la benevolencia de los dioses griegos que, en ocasiones, se apiadan de los mortales y acceden a sus deseos; y también, su ira implacable cuando son desafiados o desobedecidos. De hecho, suelen castigar a los hombres con el peor castigo imaginable para cada uno. Así, Orfeo queda condenado a no ver jamás a Eurídice.

Por otro lado, este mito griego nos habla de la creencia de los antiguos griegos en el más allá, un mundo al que se va para no regresar, en contraposición a otras culturas y religiones que creen en la reencarnación.

Este relato griego tiene ciertas similitudes con la historia que se narra en la Biblia de la esposa de Lot. Según el Génesis, se convierte en estatua de sal después de mirar atrás cuando escapaba de Sodoma con su familia.

La mitología griega era parte de la cultura y creencias de una sociedad que vivió varios miles de años antes de Cristo. Como la mayor parte de hombres y mujeres de aquellos tiempos no sabían escribir, estas historias se transmitieron de boca a boca hasta que, siglos después, escritores griegos como Herodoto, Homero, Ovidio, Hesíodo o Virgilio los recogieron y convirtieron en poemas. Es por ello que puedes encontrar distintas versiones y sucesos dentro de un mismo mito.

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Bibliografía

• Mitología griega, Ediciones Michael Toubis, Sofia Souli
• Mitos griegos, editorial Vicens Vives, Maria Angelidou
• Los mitos griegos, editorial Ariel, Robert Graves
• La enciclopedia de la mitología griega, editorial Libsa, Guus Houtzager