Morderse las mejillas por dentro: qué lo causa, cómo parar y qué consecuencias tiene
Morderse el interior de los carrillos, un trastorno obsesivo compulsivo
La mayoría de las personas pueden morderse de forma accidental las mejillas mientras mastican pero, hay quien se muerde el interior del moflete de forma obsesiva y compulsiva provocándose la descamación de la piel e incluso heridas internas. Son personas que sufren de dermatofagia, un trastorno psicológico relacionado con el trastorno obsesivo compulsivo que lleva a las personas que lo sufren a morderse la piel que rodea las uñas, los labios o el interior de las mejillas constantemente.
Te explicamos qué lleva a algunas personas a morderse los mofletes por dentro, qué consecuencias puede tener y qué pueden hacer para abandonar este hábito compulsivo.
El toc de morderse las mejillas por dentro
No es un hábito muy común en las personas, solo un 0.075% de la población lo hace (750 de cada millón de personas), sin embargo, morderse las mejillas es un trastorno obsesivo que, aunque no afecta a muchas personas, sí lo padece gente de muy distintas edades, principalmente niños, y es más común en mujeres que en hombres.
Quien se muerde las mejillas de forma intencionada puede llegar a hacerlo de forma consciente o inconsciente, mordiendo y arrancando trocitos de piel del interior de la boca tan solo en momentos de estrés o incluso de forma constante y compulsiva, todos los días de su vida, en cuyo caso hablaríamos de un trastorno obsesivo compulsivo, igual que lo es el acto de morderse las uñas (onicofagia), tirarse del pelo o morderse los labios.
Pueden realizar este acto ayudándose de la lengua y los músculos de la cara para llegar a determinadas zonas del interior y mordisquearlas, e incluso, ayudarse de las manos para estirar del carrillo y llegar allí donde todavía no se ha mordido.
La descamación que se produce les invita a morder una y otra vez de las pielecillas o la parte descarnada para continuar una y otra vez.
Qué causa la dermatofagia en el moflete
En ocasiones la mordida se produce por algún problema dental, debido a una mala oclusión de la mordida o, de forma accidental al masticar algún alimento. Sin embargo, cuando alguien se muerde a propósito el carrillo por dentro de forma crónica, estamos ante un problema de causa psicológica.
Algunos psicólogos y psiquiatras creen que los comportamientos obsesivos repetitivos centrados en el cuerpo, pueden tener un factor genético. Es decir, si te muerdes la mejilla, quizás un familiar inmediato como, tu madre o tu padre, ya lo hicieron antes o incluso podrían tener otra conducta obsesiva centrada en el cuerpo como morderse el labio o las uñas. Estos patrones, aumentan el riesgo en los descendientes, ya que repiten la conducta que previamente han visto.
En este caso, los investigadores siguen estudiando qué genes pueden desempeñar un comportamiento repetitivo centrado en el cuerpo en los descendientes, de esta manera, podrán diagnosticar y tratar comportamientos a futuro.
Además del factor genético, existen otras causas que llevan a una persona a padecer dermatofagia, masticar y comer la propia piel.
Estos factores pueden ser estrés, problemas emocionales, conflictos familiares o laborales o cualquier otro suceso que esté causando una preocupación o situación extrema en una persona. El nerviosismo o la angustia pueden llevar a una persona a morderse el carrillo de forma constante y además, a hacerlo en muchas ocasiones sin darse cuenta.
Qué consecuencias puede tener morderse el interior del carillo
Si la conducta se realiza de forma compulsiva, todos los días, durante años, este área del interior puede volverse más gruesa, cicatrizada y adquirir una tonalidad más pálida que el tejido que lo rodea. En ocasiones, pueden producirse heridas, laceraciones y manchas moradas e incluso llagas que pueden tardar en sanar.
De hecho, estas heridas y tejido grueso que crece al cicatrizar, puede llevar a la persona a aumentar su deseo de seguir mordiendo el área para dejar una superficie lisa. Un dentista puede apreciar fácilmente la descamación y la erosión en el interior de la mejilla.
Más allá de las complicaciones físicas, el aumento de padecer infecciones en la boca, molestias y heridas, una persona que muerde constantemente el interior de su mejilla puede sufrir emocionalmente. Y es que, en definitiva, es consciente de que el gesto de morder la mejilla puede ser apreciado por otros, un acto que provoca extrañeza y comentarios, y dejar de participar en actividades sociales para evitar ser visto en este comportamiento.
Es frecuente sentir vergüenza, baja autoestima y aislamiento en personas que tienen una conducta obsesiva relacionada con su cuerpo.
Cómo dejar de morderme la mejilla por dentro
Si te has visto reconocido en este trastorno y te sientes incapaz de controlar por ti mismo este hábito, puedes hablar con dos tipos de profesionales:
Dentista: puedes consultar si tus dientes, mordida o implantes han podido sufrir algún daño y obtener algún consejo médico para dejar el hábito o, al menos, para proteger la boca de infecciones y daños mayores en el tejido del interior de la mejilla.
Psicólogo o psiquiatra: si no te preocupa el daño o la molestia y no puedes controlar tu hábito, deberías realizar terapia con algún médico para reconducir tu comportamiento. Un especialista podrá indagar la causa que activa este comportamiento, para que puedas reconocerla y poder parar de morderte la mejilla cuando estás comenzando a hacerlo e incluso podrás realizar terapia conductual y entrenamiento en la reversión de este hábito. Se trata de desarrollar un plan para manejar la dermatofagia y controlar tu conducta.
Conclusión
Si sabes que te muerdes la mejilla constantemente y lo haces a propósito ya que, morder el interior del carrillo te aporta tranquilidad o placer, es posible que sufras un trastorno obsesivo compulsivo. Por lo tanto, es conveniente consultar a un psicoterapeuta para que puedas controlar y frenar esta conducta.
Y es que, las complicaciones de morder las mejillas de forma crónica no solo son físicas, muchas personas sienten vergüenza y baja autoestima debido a este comportamiento, lo que puede llevarlos a evitar interaccionar de forma social y profesional con otras personas y a aislarse.
Un terapeuta tratará de ahondar en la causa que lo provoca y te dará pautas para actuar cuando te sientas estresado, preocupado o agobiado. De esta manera, podrás evitar autolesionarte y causar un problema de salud bucal y recuperarás la autoestima y confianza en ti mismo.