¿Se puede tener memoria fotográfica? Habilidades extraordinarias para recordar
Memoria fotográfica, memoria eidética y memoria visual, ¿qué es cada una?
¿Te imaginas poder leer un libro y recordar cada palabra que había escrita?, ¿mirar una fotografía y recordar cada pequeño detalle tiempo después?
Tener una memoria de elefante puede parecer una habilidad extraordinaria pero, ¿qué hay de cierto en la habilidad de tener este tipo de memoria?, ¿se puede tener memoria fotográfica? En Quonomy.com te aclaramos si es posible y además te aclaramos cuál es la diferencia entre memoria fotográfica, memoria eidética y memoria visual.
¿Realmente se puede tener memoria fotográfica?
La respuesta rápida y corta es no, no se puede tener memoria fotográfica. Resulta fascinante pensar que es posible tener la capacidad de poder mirar a tu alrededor y realizar una fotografía mental para después poder relatar, sin mirar, todo lo que había en ese espacio, desde los detalles más relevantes a los más insignificantes.
Serviría de mucho en los exámenes tener la capacidad de poder ver las páginas de un libro y poder hacer una fotografía mental para recordar luego ese contenido a la hora de enfrentarse al papel y al lápiz, sin embargo, no existen pruebas científicas que avalen esta capacidad.
En realidad, la ciencia no ha podido avalar que este tipo de habilidad esté presente en las personas ya que, la memoria acaba borrando los recuerdos a corto plazo, como puede ser esa fotografía que se miró durante unos segundos o esa página de un libro que se observó con detenimiento.
Sin embargo, hay algo muy parecido a la memoria fotográfica, más propia de películas de ciencia ficción y se conoce como memoria eidética.
Qué es la memoria eidética y en qué se parece a la fotográfica
La memoria eidética es un tipo de memoria visual. Se trata de una habilidad para recordar detalles muy precisos tras ser expuestos a una imagen. Las personas con este tipo de memoria pueden recordar imágenes con una gran precisión.
Algunos expertos, como el investigador Ralph Norman Haber ha realizado estudios al respecto y afirma que la memoria eidética aparece en un pequeño porcentaje de niños entre los 6 y los 12 años pero es prácticamente inexistente en adultos.
Pero, ¿qué diferencia a la memoria fotográfica de la eidética? La diferencia está en el tiempo y la precisión. Es decir, si hubiera personas con memoria fotográfica podrán recordar cosas en el momento que desearan, incluso pasado unos años, con un nivel de detalle extraordinario. Este tipo de memoria no se desvanece, las imágenes se almacenan en la memoria y podrían recordar cada letra, cada coma y cada signo de puntuación de un texto incluso años después.
Sin embargo, la memoria eidética, solo dura un determinado espacio de tiempo, después del cual, los recuerdos se desvanecen. Durante unos minutos, horas o días, la persona es capaz de relatar lo que ha visto en una imagen pero, con el tiempo, esa memoria se esfuma, no se puede rescatar en cualquier momento y definir qué había en la imagen, con alto nivel de precisión, tiempo después.
¿Hay personas con memoria eidética?
Muy pocos adultos pueden afirmar tener esta cualidad y, en muchos casos, está asociado personas que están dentro del espectro del trastorno autista. Uno de estos casos fue Kim Peek, un estadounidense cuya historia se hizo famosa cuando Dustin Hoffman le interpretó en la oscarizada Rainman. Peek era capaz de memorizar el 98% de las palabras de los libros que había leído a lo largo de su vida, que no eran pocos, unos 12000 ejemplares.
Se cree que el inventor Nicola Tesla también pudo tener esta habilidad ya que tenía una increíble capacidad para memorizar planos de gran complejidad y almacenar cientos de miles de datos en su cerebro sin la necesidad de usar papel y pluma.
Y, el enigmático, Leonardo da Vinci era capaz de pintar un retrato de alguien con haberlo visto tan solo una vez.
¿Y la memoria visual?
La memoria visual es algo más mundano y común que la memoria fotográfica o los recuerdos eidéticos. Se trata simplemente de la capacidad de recordar información e imágenes, una capacidad que usamos constantemente y nos sirve para realizar actividades cotidianas.
La memoria visual puede ser a corto plazo o a largo plazo. A corto plazo implica recordar imágenes que acaban de verse, por ejemplo, la capacidad para leer una noticia y recordar esos datos para apuntarlos en una agenda.
La memoria visual a largo plazo es la capacidad de recordar imágenes o lugares que se han visto en el pasado. Por ejemplo, alguien con mala memoria visual a largo plazo, no podría explicar bien a otra persona cómo llegar a un sitio que conoce.
Las habilidades en la memoria visual nos sirve para realizar acciones tan cotidianas como recordar dónde has puesto las llaves de casa, poder decirle a alguien cómo era una persona que acabas de conocer o recordar números de teléfono.
Cómo aumentar tu memoria fotográfica
Aunque ya hemos visto que no se tiene constancia científica de personas con una memoria fotográfica, sí podemos mejorar la capacidad de ver imágenes, leer libros o ver indicaciones y almacenarlas de forma más eficiente en nuestra memoria:
- Practica juegos como el Memory, en el que has de ir levantando, una a una, fichas boca abajo para encontrar las fichas emparejadas.
- Abre una revista y observa una imagen determinada durante un minuto. Cierra la revista y comprueba qué puedes recordar. Puedes jugar a esto con otra persona y preguntaros cosas como “de qué color era el jersey de la persona de la foto”.
- Cuando estés esperando en la consulta del dentista observa todo lo que tienes alrededor, durante un minutos, después aparta la vista y piensa en todo lo que puedes recordar.
Practica estos ejercicios de forma regular y ve complicando poco a poco el ejercicio con imágenes con más elementos o detalles más precisos.