Cuáles son las ventajas de veranear en el pueblo
Vacaciones en el pueblo, un destino perfecto para niños y adultos
Destinos como Tailandia, París, Nueva York o Riviera Maya son algunos de los más demandados por los turistas en vacaciones. Y es que, cuando uno piensa en una escapada, la mente vuela hacia lugares exóticos y lejanos donde descubrir nuevos lugares, sabores y costumbres.
Sin embargo, no hace falta irse muy lejos, ni gastarse una enorme cantidad de dinero para disfrutar de las mejores vacaciones. A veces, el destino ideal está más cerca de lo que piensas. Puede que sea menos exótico, no tenga muchos monumentos, ni muchas rutas a realizar y, sin embargo, sea el lugar de esas vacaciones que recordarás siempre, es el pueblo. ¿Conoces ya las ventajas de veranear en el pueblo?
Veranear en el pueblo: unas vacaciones inolvidables
“¿Dónde vas de vacaciones?” Es una pregunta recurrente en verano, y las respuestas pueden ser increíblemente variadas. Sin embargo, para algunas personas siempre hay una misma respuesta: “iré unos días a la playa y luego al pueblo”, “nos vamos a hacer el Camino de Santiago y luego al pueblo”, “Londres y después al pueblo”.
Y es que, quien nació en un pueblo o tiene padres o abuelos con casa en el pueblo, tienden a volver siempre en vacaciones, ¿qué tendrán los pueblos que el que lo tiene desea volver en verano y el que no, busca retiros rurales?
Veranear en el pueblo supone un ahorro de dinero
Quien tiene casa en el pueblo o puede disfrutar de la que tiene su familia se puede permitir el lujo de pasar unos días de vacaciones sin gastarse un solo euro en alojamiento.
Esto supone un desahogo para muchas familias que no pueden permitirse el gasto extra de unas vacaciones fuera de casa en las que se va una importante cantidad de dinero en alojamiento, comidas y demás gastos extra.
El pueblo, una medicina antiestrés
Veranear en el pueblo permite salir unos días de la rutina, abandonar las ciudades, los agobios, las prisas y, sobre todo, el estrés.
Lejos de los atascos, los horarios y las tareas, el pueblo puede suponer un remanso de paz, un lugar especial donde recargar las pilas y darle al cuerpo y a la mente el descanso que se merece.
No necesitas grandes cosas, solo has de apagar el móvil, olvidarte de la ropa, el maquillaje o los tacones y relajarte. Respira el aire puro del pueblo, descansa sin escuchar el ruido de los coches de fondo y vive lento y tranquilo, al menos por unos días.
El pueblo: un reencuentro con amigos y familiares
Si naciste en un pueblo y vives en la ciudad, volver unos días a tu pequeña localidad te pondrá en contacto de nuevo con tus orígenes. Es una ocasión especial para reencontrarte con los amigos de siempre, con los vecinos que quieres y con esa parte de la familia que decidió que nunca abandonaría el pueblo.
Puede que incluso, cuando llegues, todos se sorprendan por tu tono al hablar o tu acento de ciudad pero, tu sentirás como si no hubiera pasado el tiempo. Y, si no tienes pueblo, seguro que, en seguida haces amigos si decides veranear en el pueblo. Te sorprenderá ver cómo a gente te saluda cuando se cruza contigo, aprovecha para charlar un rato o te invita a su casa. Es la hospitalidad de los pueblos frente al aislacionismo en las ciudades.
El pueblo es un lugar perfecto para un veraneo con niños
Mientras que en la ciudad, los niños han de ir siempre agarrados de la mano de sus padres y hay cientos de peligros que obligan a estar pendiente de ellos y a no dejarles espacio, en el pueblo, sobre todo si es pequeño o incluso una aldea, pueden salir solos sin peligro. Los padres están más tranquilos si van a dar una vuelta con sus amigos, se van solos a casa de una vecina o han de ir a la tienda del pueblo a hacer un recado. Siempre hay un vecino que puede echar un vistazo o alertar si están haciendo alguna travesura.
Además, es un lugar perfecto para vivir nuevas experiencias. Muchos niños de ciudad no han visto jamás animales como vacas, gallinas, cerdos o caballos, en vivo. Por lo tanto, es un momento ideal para dejar la tablet, la consola y demás dispositivos digitales y realizar con los niños nuevos aprendizajes que sumarán a su desarrollo como personas.
Incluso pueden conocer a nuevos amigos e ir reencontrándose año a año mientras crecen, creando así su “pandilla” del pueblo.
La comida casera del pueblo
Tanto si tienes la suerte de tener familia en el pueblo, como si has elegido un pueblo como lugar de vacaciones, prepárate para disfrutar de los mejores guisos caseros, elaborados con los productos de la tierra que, en muchas ocasiones, ellos mismos recolectan o cultivan.
Es momento para olvidarse un poquito de la dieta y probar esos platos de la abuela tan sabrosos y elaborados con tanto mimo. ¿Cómo resistirse? Los tomates, saben a tomates, el embutido es casero y el pan es elaborado artesanalmente.
En el pueblo se ven las estrellas
El cielo que contemplas desde la ciudad no tiene nada que ver con el que se puede ver en un lugar sin contaminación lumínica. Aprovecha tus vacaciones en el pueblo para salir al campo, tumbarte con una manta y mirar las estrellas, te sorprenderás de la cantidad de ellas que hay e incluso, si tienes suerte, podrías ver la osa mayor, las pléyades, una lluvia de estrellas o alguna estrella fugaz.
En verano, las fiestas de los pueblos son inolvidables
Muchos pueblos celebran en verano sus fiestas. Bailes, juegos, fuegos artificiales, teatro, mercadillos, talleres, rutas gastronómicas, conciertos y otras actividades copan la vida del pueblo durante unos días.
Hay quien las vive desde la mañana a la madrugada intensamente y, no falta un año a las fiestas del pueblo. Si no has vivido nunca unas fiestas en el pueblo, es hora de disfrutar de estos festejos.
Excursiones y rutas por los pueblos
Veranear en el pueblo es una excelente oportunidad para tomar contacto con la naturaleza y realizar rutas por el campo o por el monte.
Además, si tiene río podrás aprovechar los días de calor para bañarte o hacer algún deporte de agua. Es una excelente oportunidad para hacer deporte fuera del gimnasio, basta con tomar una mochila con agua y un bocadillo y echar a andar.