¿En qué consiste la psicología inversa? Ejemplos de esta estrategia de persuasión
¿Funciona la psicología inversa?, ¿Es correcto usarla?
La psicología inversa es una fórmula muy usada por muchas personas casi sin saberlo para conseguir lo que desean de otras personas mientras que otras lo utilizan de forma consciente. De hecho, es muy posible que tu mismo hayas puesto en práctica esta estrategia en algún momento. Conoce en qué consiste la psicología inversa, cómo se pone en práctica y si realmente funciona.
¿Qué es la psicología inversa?
La psicología inversa es un método usado por algunas personas para que alguien haga lo que ellas desean, ¿cómo?, pues pidiéndole que haga exactamente lo contrario. Parece un lío, ¿verdad? Vamos a aclararlo.
En realidad se trata de una estrategia en la que, en lugar de pedir abiertamente a alguien que haga algo, le pedimos que haga lo contrario porque, al final, es lo que deseamos. En lugar de comunicar tus deseos, los escondes bajo una falsa apariencia.
Esta táctica se suele utilizar con personas a las que no le gusta seguir las órdenes ni guiarse por las fórmulas de los demás. Son personas que se sienten incómodas cuando otros les dicen lo que tienen que hacer, ven su libertad amenazada. Por lo tanto, aunque suene absurdo o con poco sentido, prefieren hacer lo contrario.
Ejemplos de psicología inversa
Para que te quede bien claro, pondremos distintos ejemplos que explican en qué consiste la psicología inversa. Y es que, es fácil pensar que la psicología inversa es algo utilizado por los padres para que sus hijos, sobre todo adolescentes, hagan lo que ellos desean sin que se den cuenta, sin embargo, se usa en comercios, en publicidad, en las relaciones de pareja, en la enseñanza, en marketing…
En definitiva, estamos rodeados de las tácticas de la psicología inversa:
Ejemplo de psicología inversa en las ventas
El mundo de las compras, las ventas y el marketing está dominado por la psicología inversa, por ejemplo:
Llegas a una tienda y ves un enorme cartel que anuncia que hay un 15% de descuento en todos los productos de telefonía móvil. Das la vuelta a una esquina y ves otro cartel anunciando lo mismo, es tan llamativa y escandalosa que te sientes presionado por ella y hasta la rechazas porque te parece invasiva. Sin embargo, lo que el vendedor pretende no es que compres telefonía móvil, en su lugar, está intentando presentarte otra oferta más pequeña, menos llamativa e invasiva sobre la que no sientas rechazo, no te veas presionado y sí desees hacerte con ella.
Otro ejemplo son algunas tiendas de mucho prestigio. Están en las calles más caras, sin embargo, casi no tienen iluminación, no se vislumbra el interior y nada te llama a entrar. Crea la ilusión de que no están tratando de vender nada a cualquiera que pase por la calle, sino a personas con un sentido de la exclusividad.
Ejemplo de psicología inversa en la paternidad
Es frecuente que, en la crianza de tus hijos te encuentres con docenas de situaciones en las que, lo que tu consideras correcto, a tu hijo le parece aburrido, lo que te parece inseguro, a él le parece realmente atractivo.
Muchos padres resuelven este tipo de conflictos usando la psicología inversa, y lo hacen incitando al niño o al adolescente a elegir lo que creen que es mejor para ellos. Un ejemplo muy usado con niños más pequeños:
El padre le enseña un plato con brócoli o guisantes, algo que es probable que el niño rechace porque ni el olor, ni el color le parece nada atractivo. Pero antes de que diga nada, el padre dice “este plato es para mi, ni se te ocurra pinchar con tu tenedor en mi plato, es mi plato favorito y no voy a dejar nada, no lo pierdo de vista eh”, “si insistes, te dejaría probar solo una cucharada, pero solo una no te vayas a emocionar”.
Otro ejemplo: si deseas que tu hijo adolescente lea un poco más, muéstrale un estante de tu biblioteca y dile que esos libros no puede tocarlos. Son historias para mayores y no está preparado para adentrarse en ellas.
Ejemplo de psicología inversa en la pareja
Ya hemos visto, que la psicología inversa es, en definitiva, una forma de manipulación, no lo es menos en la pareja.
Supón que deseas ir en verano a la playa, mientras que él desea ir a la montaña y le planteas que este año no vais a poder ir porque no va a poder acompañarte a hacer buceo porque no sabe manejarse bien en el agua y para estar separados todo el día, es preferible hacer otro plan. El orgullo de muchos, les hará optar por la playa.
¿Funciona la psicología inversa?
La psicología inversa puede funcionar. De hecho, en varios estudios, los investigadores concluyeron que, en algunos casos, la psicología inversa sí puede lograr su objetivo, mientras que en otros no funciona.
En este tipo de estrategias, entran muchos factores en juego: la persona ha de ser lo suficientemente ingenua como para no captar el engaño y no reconocer que estás usando la psicología inversa. En este caso, algunas personas son más susceptibles que otras.
Además, hay personas que lo plantean de una forma muy sutil y prácticamente no es evidente la manipulación, mientras que en otras, es tan descarada la situación que no hay lugar al engaño.
En general, las personas más tercas o muy emocionales, tienen más posibilidades de ser persuadidas, así como los niños, que son incapaces de reconocer la psicología inversa o los adolescentes, que están tan enfocados en reafirmarse que harán lo contrario de lo que se les pide en la mayoría de circunstancias.
¿Es correcto usar la psicología inversa?
En realidad, si tus relaciones con los demás consisten en utilizar estrategias como esta para manipular, persuadir, engañar o conseguir, está claro que no estás enfocando las relaciones con los demás desde un punto de vista positivo y sano.
Lo preferible es usar una comunicación honesta con los demás, tanto si consigues lo que buscas como si no. Es la fórmula más sincera contigo mismo y hacia los demás.
Sin embargo, si en algún momento determinado y concreto, el fin justifica los medios, y la psicología inversa sirve, por ejemplo, para que tu hijo coma más verdura o no cometa ninguna imprudencia, no hemos de darle más vueltas. Solo es una fórmula lograr un objetivo que es bueno para la otra persona, sin ningún tipo de interés o egoísmo de por medio.