Cómo refrescar tu casa sin aire acondicionado en los días calurosos de verano
14 trucos para sobrevivir al calor del verano si no tienes aire acondicionado
Con el verano llega el sol, los días más largos, las vacaciones y sí, el calor. Es fácil combatir esos tórridos días y noches veraniegas cuando tienes en tu hogar instalado el aire acondicionado pero, cuando no dispones de él, parece imposible sobrevivir a las altas temperaturas y esa atmósfera que parece asfixiante.
Si es tu caso y no puedes o no quieres instalar un sistema de refrigeración, toma nota de cómo refrescar tu casa sin aire acondicionado y sobrevivir así al caluroso verano.
Ver también: Cómo dormir en las noches más calurosas sin aire acondicionado
14 trucos para refrescar tu casa sin aire acondicionado
Si no tienes aire acondicionado en casa puedes poner en práctica estos trucos para poder sobrevivir al calor del verano y, sobre todo, a esas noches tórridas y olas de calor que, suben la temperatura unos grados más. Pon a prueba estas 14 ideas para refrescar tu casa sin aire acondicionado:
1. Baja las persianas y cierra ventanas
Refresca tu casa a primera hora de la mañana, cuando todavía puede correr una agradable brisa veraniega y el calor no aprieta demasiado y, cierra tu casa a cal y canto antes de que comience a recalentarse. Baja las persianas si te da el sol de forma directa, si tienes toldos bájalos también y cierra las ventanas. Así podrás mantener la temperatura unos grados más baja dentro de tu hogar. Si abres, entrará aun más calor, sobre todo en las horas centrales del día.
2. Hielo + ventilador: aire acondicionado casero
Un truco antiguo que se usaba hace años cuando no existían tantos aparatos modernos de aire acondicionado. Solo has de llenar un cubo con hielo y colocarlo frente a un ventilador. El aire que emite el ventilador saldrá más frío ya que estará esparciendo por la habitación el frío procedente del hielo. Tendrás una brisa fresquita para los días más calurosos del año.
Ver también: Qué es el estrés térmico por calor
3. Ropa de algodón en la cama y colchón de verano
Muchos colchones, sobre todo los más nuevos, tienen posición de verano e invierno. Recuerda darle la vuelta para que pase mejor el aire y no sudes tanto en la cama. Evita las sábanas con tejidos sintéticos y opta por sábanas de algodón, aunque solo sea para apoyarte en ellas.
4. Instala ventiladores de techo
Solo necesitas un punto de luz en el techo para poder instalarlo. Es mucho más económico y fácil de colocar que el aire acondicionado que necesita poner el aparato en el exterior y realizar un boquete en la pared para hacer la salida de cables y desaguado. Un ventilador en el techo te ayudará a dormir mejor en las noches más cálidas. Puede bajar unos grados la temperatura de tu habitación.
5. Duchas frías y otros formas de bajar el calor corporal
Si tocas tu cuerpo y está hirviendo, puedes darte una refrescante ducha con agua tibia o fría. También puedes aplicarte compresas frías en las muñecas, tobillos o frente, usar prendas holgadas y que transpiren o usar las latas de refresco bien frías para enfriarte manos y pies.
6. Usa bombillas de bajo consumo y apaga aparatos electrónicos
Cuando hace mucho calor, cualquier fuente de la que salga más calor supone añadir unos grados más por lo que, es preferible que uses bombillas de bajo consumo que se calientan menos, apagues el ordenador si es antiguo y se recalienta, o cualquier otro aparato electrónico que no sea indispensable.
7. Coloca toldos en tus ventanas
Los toldos evitan que el sol toque directamente con tus ventanas, cualquier cosa que evite que el sol recaliente tu fachada te ayudará a bajar unos grados la temperatura.
8. Cocina a primera hora de la mañana
Olvida eso de cocinar a medio día, cuando el calor aprieta más. Enciende la cocina a primera hora del día, cuando todavía no se ha elevado la temperatura, así podrás enfriar y ventilar la cocina antes de que el sol comience a calentar de verdad.
9. Pon una sábana húmeda frente a la ventana
A última hora del día, cuando puedes volver a abrir la ventana porque el sol ya no te da de forma directa puedes abrir ventanas y subir persianas y colocar una sábana húmeda frente a la ventana. Si además puedes hacer corriente entre dos habitaciones enfrentadas, mejor todavía.
Si tienes la suerte de que corra algo de brisa, ayudará a refrescar la estancia. Al entrar el viento por la ventana, dispersará el frescor de la sábana húmeda.
10. Ten un pulverizador junto a ti con agua fría
Llena un pulverizador de agua bien fría y ve aplicando agua sobre tu cuerpo a medida que sientas calor. Esas gotitas que caen sobre ti te devolverán el frescor y lo agradecerás de verdad. Es posible que se recaliente en poco tiempo, vuelve a rellenarlo con agua fresca. Puedes incluso pulverizar sobre el salón o la habitación para crear un ambiente más húmedo, menos seco y más fresco.
11. Duerme en el suelo
En las noches de más calor, todo parece sobrar y, aunque dormir en el duro suelo parezca una tortura, aun lo es más dormir sobre un colchón que te hace sudar. Coloca una esterilla en el suelo y notarás el frescor del suelo, duro eso sí. Si el suelo es de piedra o de cerámica, estará más fresquito que el de madera.
Ver también: Cómo afrontar una ola de calor
12. Duerme solo
Si tu cama es pequeña y dormís dos personas, el calor no se moverá y tenderás a asumir el que tu produces más el de tu pareja. Quizás en las peores noches del verano, sea conveniente plantearse dormir en camas distintas.
13. Riega o moja el suelo
Si tienes patio o jardín, riégalos con agua fresca y, si vives en un piso, llena un cubo de la fregona con agua muy fría, puedes añadir cubitos de hielo para que bajar unos grados la temperatura del suelo.
14. Enfría tus pies
Coloca hielo y agua o agua muy fría en una palangana y mete tus pies. Ayudarás a enfriar la temperatura central del cuerpo.