Cómo relajarse después de un día estresante
Técnicas de relajación revitalizantes tras un largo y agotador día
Un largo día lleno de reuniones, citas, llamadas, tareas y demás actividades que llenan nuestra agenda puede resultar extenuante y estresante. Es más, es posible que el día siguiente tenga el mismo ritmo, y así sucesivamente.
Es fácil relajarse cuando se está de vacaciones y no hay tantas tareas que realizar pero, ¿cómo relajarnos cuando hemos de afrontar la rutina del día a día?
Hay ciertas estrategias que se pueden poner en práctica para relajarse después de un día estresante.
La importancia de relajarse después de un día estresante
Es básico que la relajación forme parte de tu día a día, sobre todo si tu vida supone un no parar y una carrera constante de principio a fin. La relajación es fundamental para:
- Reducir el nivel de estrés y ansiedad.
- Mejora la salud de corazón.
- Tendrás un sistema inmunológico más fuerte.
- Podrás concentrarte mejor.
- Tu memoria funcionará de forma óptima.
- No te sentirás tan fatigado.
- Podrás descansar mejor y tu sueño será más reparador.
- Tu actitud frente a los obstáculos será más positiva.
- Mejorará tu capacidad de aprendizaje.
- Aumentará tu nivel de energía.
- Tendrás mejores habilidades cognitivas.
- Contribuirás a la salud de tu cerebro.
Estrategias para relajarse tras un agotador día
No hace falta grandes acciones, en ocasiones, las pequeñas cosas pueden marcar la diferencia. Hay mucho que puedes hacer y muy sencillo para relajarte tras un día estresante:
Toma una pausa en tu día
Evita salir del trabajo corriendo y llegar a casa para seguir el mismo ritmo de actividades. Cuando salgas del trabajo, tómate un momento para cambiar el ritmo. Pasea durante un rato, siéntate en un banco a leer un poco, respira hondo y deja que el caos de tu día de trabajo quede atrás. Disfruta al menos de unos minutos de tranquilidad, solo tómate el tiempo de respirar y disfrutar del sol o de la lluvia. Puede parecer una nimiedad pero el cambio de velocidad puede tener un gran efecto sobre nosotros.
Practica la meditación
Puede que pienses que eso no va contigo, sin embargo, tiene tanto éxito porque… ¡funciona! En cualquier artículo de expertos de distintos ámbitos encontrarás la palabra meditación como clave para bajar el nivel de ansiedad y relajarse después de un día estresante. Puedes practicarla solo, si conoces la técnica o realizar meditación guiada, en cuyo caso encontrarás CD’s, libros y vídeos en Youtube que te ayudarán a realizarla. Se trata de calmar tus pensamientos, desacelerar tu mente, concentrarse en la respiración y mantener alejados los problemas cotidianos. Una rutina que, a medida que la practiques, serás capaz de aplicar a tu vida diaria cuando te notes muy estresado.
Practica una actividad que te guste
Si tu vida se restringe a realizar tareas, acabarás insatisfecho, frustrado y realmente agotado. Intenta introducir en tu vida algo que realmente te guste, ya sea pintar, coser, cocinar o leer. Sacar tiempo para practicar cualquier pasatiempo puede ayudarte a desconectar y a relajarte. Te darás cuenta que, cada día necesitas esa porción de tiempo para dedicarla a un cuadro que comenzaste o a leer un libro. Y, ese tiempo que dediques a tu hobby, te ayudará a bajar el nivel de estrés y a sentirte mejor contigo mismo.
Practica ejercicio físico
Seguro que ya conoces todos los beneficios que tiene el deporte sobre el cuerpo y el estado de ánimo pero si no te ves haciendo aerobic, abdominales o pesas, puedes probar con deportes más relajantes. El yoga es un excelente ejemplo de ejercicio que tiene un impacto instantáneo y duradero sobre la relajación. Hacer tai chi es otra forma de ejercitar el cuerpo mientras bajas el nivel de estrés.
Sal con amigos
¿Tienes un momento para tomar algo con tus amigos después del trabajo? Tener un rato de risas es un auténtico reconstituyente y una excelente medicina contra el estrés. Si no tienes ese tiempo, intenta hablar a diario, aunque sea por teléfono con ese amigo con el que te ríes tanto. Prueba también a poner programas de televisión divertidos o películas de risa. Deja los dramas para otro momento, ahora lo que necesitas es reír.
Toma un baño caliente
Si tienes un mal día un no consigues relajarte, utiliza el truco más antiguo para lograrlo: tomar un baño de espuma. El agua caliente es calmante y puede ayudarte a conseguir ese estado de relajación que buscas. Si además echas en el agua aceites esenciales como la lavanda, pones música relajante y enciendes unas velas, el éxito está asegurado.
Practica la respiración consciente
Cuando estás estresado, ¿qué haces casi sin darte cuenta? Respiras profundamente para calmarte o más bien resoplas. Cuando estás enfadado, ¿qué haces? Respiras para relajarte. Estas respiraciones profundas que hacemos de forma natural, podemos practicarlas de forma más consciente para lograr la relajación. Se trata de respirar a propósito, pensando en respirar. Has de inspirar por la nariz suave y profundamente, aguantar el aire unos segundos y después exhalar suave y profundamente. Repite esta respiración diez veces, con los ojos cerrados y verás como, poco a poco, te invade la calma.
Masajes relajantes
Si puedes permitírtelo, regálate cada cierto tiempo un masaje relajante. Si alguna vez te han dado alguno sabrás que la mezcla de olores, sonidos y relajación muscular hace que salgas como flotando de la clínica de masajes. Es una excelente forma de recuperarse tras un día estresante.
Desconecta
Intenta no pasar de una actividad a otra de forma frenética y desconecta de todo por un rato. Cuando llegues a casa, apaga el móvil, no abras el ordenador, ni enciendas la televisión o la videoconsola. Deja todos los dispositivos por un rato, pon música relajante, cierra los ojos y piensa en algo que disfrutes mucho: ver las olas del mar, contemplar la montaña…
Échate una siesta
Si tienes tiempo a mediodía, echa una cabezada. Tan solo veinte minutos de sueño te habrán recargado las pilas y estarás preparado para afrontar el resto de la jornada con otra energía.