Vivir con estrés: ¿qué consecuencias tiene para el cuerpo y la mente?

Efectos del estrés a largo plazo sobre el estado físico y mental

Alba Caraballo - 2019-08-08 13:19:00 - Psicología

Hay para quien vivir con estrés forma parte de la más absoluta normalidad. Asumen que esa tensión, angustia y nerviosismo es fruto de circunstancias que no pueden controlar o eliminar. 

Sin embargo, mientras que cierto nivel de estrés es normal e incluso positivo, tener un alto nivel de estrés es altamente perjudicial y tiene consecuencias para el cuerpo y la mente. 

Efectos del estrés crónico

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El estrés parece acompañarnos a lo largo de la vida. Una vez que dejas atrás la infancia y la adolescencia y entras en el mundo de las obligaciones, las tareas y las responsabilidades, parece difícil desprenderse de él.

Si bien es cierto que, cierto estrés es bueno y lo necesitamos como medida para prevenirnos de peligros y riesgos, el estrés crónico puede ser altamente perjudicial. Conoce cuales son las consecuencias para el cuerpo y la mente de vivir con estrés. 

Vivir con estrés: efectos sobre el cuerpo

El estrés forma parte de nuestras vidas. Es un sentimiento de tensión física y emocional que puede provenir de distintas situaciones: enfados, obligaciones, exceso de tareas, frustraciones, nervios, etc. Son muchas las cosas te ocurren o que tú mismo haces que pueden estresar tu cuerpo. 

Cada vez más expertos alertan sobre el continuado y excesivo nivel de estrés que sufrimos ya que, es el desencadenante de otras muchas patologías físicas que empeoran el estado de salud de una persona.

Y es que, más del 40% de los adultos sufren las consecuencias de vivir con estrés y más del 60% de las visitas al médico están relacionadas por dolencias que tienen que ver con el estrés. 

Aunque nuestro cuerpo está diseñado para experimentar y afrontar el estrés y, es positivo sentirlo para mantenernos alerta y preparados para evitar peligros, éste se vuelve negativo cuando el estrés es muy elevado y constante. Esto provoca consecuencias sobre el cuerpo: 

El estrés constante provoca: 

- Dolores de cabeza.

- Dolores y molestias en el estómago.

- Presión arterial alta.

- Dolor en el pecho.

- Dificultad para dormir.

- Dificultad para respirar e incluso ataques de pánico.

- Cambios en el apetito: desde desgana para comer a hacerlo de forma compulsiva.

- Fatiga y cansancio.

- Dolores musculares y contracturas.

- Falta de deseo sexual.

- Bruxismo o el rechinar de dientes con el desgaste del esmalte que ello conlleva.

Como ves, no son pocos los trastornos que puede provocar vivir con estrés. Es más, también puede aumentar o agudizar enfermedades ya presentes como el asma, la artritis, afecciones de la piel, problemas cardíacos, etc. 

Consecuencias para la salud mental de vivir con estrés

El estrés no solo afecta al cuerpo, sino también al estado de ánimo y, en general, a la salud mental. Una persona con estrés de larga duración puede experimentar emociones como: 

- Confusión mental y falta de claridad a la hora de pensar.

- Dificultad para concentrarse y mantener la atención.

- Irritabilidad y sensación de desbordamiento emocional.

- Sensación de tristeza y estar desamparado.

- Depresión y angustia.

- Baja autoestima.

- Pérdida del control emocional.

- Ciclotimia.

- Nerviosismo.

- Trastorno de estrés postraumático.

- Esquizofrenia.

Qué hacer para no vivir con estrés

Muchas personas no le dan la importancia que requiere a su estado de estrés y, cuando intentan tomar cartas en el asunto, algunas patologías o estado mental está muy deteriorado. Es importante, reducir el estrés o al menos saber cómo controlarlo para poder dejar de sentirse abrumado, agotado y poder recuperar el control, ¿cómo?

Reconocer los síntomas del estrés: es imposible afrontar un cuadro de estrés, si no reconocemos que lo que nos ocurre, tanto física como mentalmente es debido a un alto nivel de estrés. 

Identificar los desencadenantes: saber qué está causando el estrés puede ayudar. No siempre será posible evitar esos desencadenantes, pero sí puedes aprender a desarrollar estrategias para afrontarlo, manejarlo e incluso controlarlo. 

Practica ejercicio con regularidad: la actividad física contribuye a aumentar la producción de endorfinas, unas sustancias químicas que estimulan el estado de ánimo, mejoran el estado de bienestar y reducen el estrés. 

Pide ayuda: si notas que estás desbordado, pide ayuda a familiares y amigos para que puedan darte el apoyo necesario y el empuje para poder actuar contra el estrés. 

Realiza estrategias contra el estrés: practica meditación, técnicas de respiración, ejercicios de relajación y otra serie de actividades que reducen de forma importante el nivel de estrés. Algunas de estas técnicas podrás ponerlas en práctica en el mismo momento en el que notes que aumenta tu estrés y otras requieren de un tiempo y espacio adecuados para poder realizarlas adecuadamente. 

Intenta descansar y mejorar la calidad del sueño: la falta de sueño y el insomnio es un enemigo del estrés. Intenta descansar ocho horas todas las noches, establece una rutina de sueño diario, evita la cafeína, el ejercicio físico antes de ir a dormir, los dispositivos móviles a última hora del día y la mala alimentación.

Cuando ir al médico por un caso de estrés

Vivir con estrés no es algo que deba asumirse como parte de la vida misma. Por lo tanto, si sientes que estás desbordado y las estrategias de autoayuda no han funcionado, quizás sea hora de recibir el apoyo médico y psicológico adecuado. 

Un experto puede ofrecerte asesoramiento sobre las terapias y tratamiento más adecuado para el estrés y, en caso necesario, derivarte al especialista más adecuado. 

Conclusión

El estrés forma parte de la vida de las personas pero, mientras que el estrés positivo nos ayuda a evitar el peligro y ahuyentar ciertos riesgos, el estrés negativo puede afectarnos tanto física como mentalmente.

Vivir con estrés, sobre todo si es a largo plazo puede agravar enfermedades existentes y hacer presentes otras nuevas. Mientras que el estrés de corta duración suele ser inofensivo vivir con estrés es más peligroso ya que puede volverse crónico y causar problemas físicos y trastornos mentales. 

Las técnicas de relajación y autoayuda pueden contribuir a afrontar y reducir el nivel de estrés. Pero, si no consigues controlarlo, es conveniente recibir ayuda de un especialista.